.Un Peldaño Más

“Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen”. 

(Salmo 17.5)

Cada uno de nosotros tenemos objetivos personales y espirituales que lograr.  Nos trazamos metas para lograrlos y nos damos el tiempo que estimamos necesario para que se completen.  En términos espirituales nuestra meta mayor es alcanzar la vida eterna, poder ver a Dios cara a cara y regocijarnos para siempre en su presencia.

Sin embargo, este caminar no es fácil.  Hay mucho camino por recorrer y a veces nos parece que no vamos a poder llegar a esa meta que tanto ansiamos.  Nos tropezamos con piedras, encontramos obstáculos y hay que atravesar barreras. Nos parece en muchas ocasiones que lo intentamos tanto y a cambio seguimos viendo puertas cerrarse, y fatigados pensamos en tornar nuestra mirada atrás.

Confundidos nos parece en ese momento que todo ha sido en vano.  Pero si de algo he de servir en esta vida, es para decirte que no retrocedas porque aún te falta mucho que lograr.  Hazlo peldaño a peldaño.  Sé que en este momento te sientes muy distanciado de la meta, pero si te pones a analizar, te darás cuenta que ya has recorrido mucho camino y que si desistes ahora, simplemente perderás mucho camino que ya has avanzado.

Mientras escribo, me parece ver a Dios guiando mis pasos.  Tomándome de la mano aún cuando yo ni siquiera lo advierto, animándome, apoyándome y dándome pequeños empujones para que no quede rezagada en una esquina.  Y aún con muchas preguntas, dudas y temores, me parece escucharlo decir: “¡ten confianza!”  No es de los que más rápido corren o caminan la carrera, sino de los que llegan al final.

Así que ten la seguridad de que si subes peldaño a peldaño cuando menos lo imagines estarás en la cima y que desde la cima todo se ve diferente.  Cada peldaño que has subido y que te falta por escalar te enseñará cosas nuevas; te animará a enfrentar nuevos desafíos y a sobrepasar tus propios límites.  Porque generalmente los límites están en nuestra mente.

No sé si en tu país lo cantan, pero recuerdo en este momento una melodía muy corta que dice: “Vamos escalando peldaños, vamos llevando la cruz.  Sigamos el camino angosto, Con Cristo es mucho mejor.  Ya viene la recompensa, ya no voy a llorar, pues tengo a Cristo en mi vida por eso puedo escalar.  A veces me siento débil y ya no quiero escalar, pero levanto mis manos al cielo y Cristo fuerzas me da.  Ya viene la recompensa, ya no voy a llorar, pues tengo a Cristo en mi vida por eso puedo escalar”.

Amigos míos, el secreto para lograr ese objetivo, esa meta tan deseada es tener a Cristo en nuestras vidas, y si lo tenemos, entonces debemos seguir caminando, no mirando atrás, sino hacia adelante para alcanzar las bendiciones que Dios tiene para cada uno de nosotros.  Así que respira suavemente, no te rindas y sonríe aunque sea un poquito.

Aunque hoy no parezca un buen día para ti, ya pronto llegarán esos días, en que nuevamente el sol brillará para ti.