La báscula y el espejo llegaron a ser dos enemigos para Romina Ocampo: ellos la hacían sentir "gorda". Así que poco a poco, la percepción de sí misma provocó muchos cambios en su comportamiento, alterando su temperamento y carácter.
Esto provocó en ella conductas extrañas que solo la llevaban constantemente a llorar encerrada en su cuarto. Así que los comentarios hechos por su misma familia dados a su conducta y apariencia, se convirtieron como dardos que se clavaban en una profunda herida
Entonces, en secreto, Romina empezó a hacer algo con tal de perder peso a como diera lugar comenzó a consumir unas pastillas para adelgazar. Rápidamente, Romina estaba logrando su objetivo pero pagando un precio muy alto. Más adelante, para lo físico ella sí logró cambiar, pero eso trajo una gran consecuencia: la anorexia.
Esto provocó en ella conductas extrañas que solo la llevaban constantemente a llorar encerrada en su cuarto. Así que los comentarios hechos por su misma familia dados a su conducta y apariencia, se convirtieron como dardos que se clavaban en una profunda herida
Entonces, en secreto, Romina empezó a hacer algo con tal de perder peso a como diera lugar comenzó a consumir unas pastillas para adelgazar. Rápidamente, Romina estaba logrando su objetivo pero pagando un precio muy alto. Más adelante, para lo físico ella sí logró cambiar, pero eso trajo una gran consecuencia: la anorexia.
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