Por increíble que parezca, estos tiempos de vacas flacas (y baja oferta laboral) son ideales para emprender nuevos proyectos y hasta empezar tu propia empresa. Y no, no creas que estamos hablando de una empresa gigante, que requiera miles de dólares para lanzarse.... una de las bondades de este país, es que es posible empezar muy pequeño, desde abajo y con recursos realistas.
Y eso es exactamente lo que están haciendo cada vez más mujeres que, tras haber perdido sus empleos fijos en empresas establecidas, se están reinventando ahora como expertas en medios sociales, profesoras de Yoga o hasta cocineros. Ahora, seguro te estarás preguntando: ¿Cómo hacer un cambio tan radical?
No es difícil... aunque sí requiere un cambio mental radical. Lo primero que tienes que hacer es mirar tus fortalezas, talentos y pasiones. ¿Qué es lo que mejor sabes hacer? ¿Qué te apasiona? ¿Cómo puedes ayudar a otros? Por ejemplo: supongamos que llevas meses tratando de salir a flote tras una bancarrota y estás empezando a reconstruir tu historial de crédito en este país; ¿qué tal impartir pequeños talleres a otros que estén atravesando por la misma situación? Puedes empezar con un blog, después con sesiones personalizadas y más tarde ¿por qué no? con asesorías uno-a-uno via Skype o en persona.
Si tu pasión son los postres, pero antes no tenías tiempo de cocinar, ¿por qué no empezar con tu postre favorito y promoverlo en la escuela de los niños? O si tienes experiencia cuidando adultos mayores o personas con incapacidades, podrías ofrecer tus servicios como cuidadora de medio tiempo o tiempo completo. No importa cuáles sean tus fortalezas. El secreto es abrir la mente y estar preparada para abrir tu campo de posibilidades.
¿Tienes alguna habilidad especial que te gustaría explotar en la forma de una nueva empresa? Compártela aquí con nosotras para que podamos intercambiar ideas. ¡El cambio es ahora!
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