Al final de un largo día de trabajo, llegar al auto, es estar un paso más cerca de llegar a casa. Llegar a un vehículo que no te quiere prender, es una inconveniencia que nadie quiere enfrentar. De echo, la AAA reconoce que una de las cosas más estresantes que le puede pasar a un conductor es encontrarse con que su automóvil no prende. Imagínate cuando esto pasa en medio de un día de citas que de momento peligran por que de alguna manera tienes que determinar lo que
y cómo repararlo antes de llegar a tu próximo destino. Entonces, ¿qué hacer?
1. Si bien un automóvil que aparentemente ha estado en buen funcionamiento y recibe el mantenimiento regular puede que no sea uno que se espera deje de prender, es posible que la batería no esté haciendo buena conexión. Si al tratar de prenderlo no hay señal alguna de respuesta, ni oyes ruido o el ruido es como un click, lo más seguro es que el problema sea de batería. Esto es algo fácil de determinar a simple vista y no debe ser difícil de reparar. Incluso limpiar las conexiones puede ser todo lo que necesita. En otros casos, reemplazar una batería desgastada será suficiente para ponerte en camino rápidamente.
2. Por otro lado, no dudes en asegurarte de que haya gasolina en el tanque. Te sorprenderá la cantidad de veces que al conductor se le olvidó echar gasolina y no es hasta que al auto no le prende que cae en cuenta de su olvido.
3. Cuando el automóvil no prende durante un día lluvioso, es posible que la responsable de la falla sea la humedad. Evita pisar con insistencia el acelerador para que no acabes por descargar la batería. Verifica la tapa del distribuidor a ver qué tan húmeda puede estar.
4. Pídele a tu mecánico de confianza que vea el estado en el que se encuentran las bujías y la chispa que también pueden afectar el funcionamiento de tu auto.
De encontrarte con que el auto te da problemas cuando estás en la carretera, piensa primero en tu seguridad. Procura moverlo a un área donde te puedas estacionar y busca ayuda
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