Pages inicio

22 de septiembre de 2011

Más desconectados que nunca


tecnologia falta de contacto personal
Con todos los artículos electrónicos que tenemos hoy en día es casi imposible estar desconectado. Entre el celular, la Blackberry, la computadora, siempre hay alguna forma de comunicarse con alguien. La pregunta es cuán satisfactoria es esa comunicación. ¿Cuán real es esa conexión en los momentos en que necesitas hablar con alguien porque tienes un problema? Cuando estás enferma o tienes buenas noticias para compartir, ¿con quién quieres hacerlo? ¿Con tu familia y tus amigos cercanos o con los cientos de amigos que tienes en Facebook y que en realidad te conocen poco?

Iba pensando en este tema cuando subí al Shuttle, el subterráneo S que va de la estación de tren Grand Central a Times Square. A mi lado dos amigos iban conversando acerca de temas variados hasta que uno de ellos contó que se le había muerto el gato. Allí mismo, una señora que estaba parada cerca de ellos les dijo: "No es por entrometerme en la conversación pero a mi se me murió mi gata hace una semana", y acto seguido, pasó a relatarles vida y obra de su mascota muerta hasta que el tren llegó a su destino final y todos nos bajamos y la mujer no tuvo otro remedio que despedirse.

Aún sorprendida por el intercambio que acababa de presenciar, me subí al Subterráneo 1 en dirección a Columbus Circle. Ni bien me senté, noté que el hombre que iba a mi lado le estaba haciendo una señal a un muchacho que viajaba parado al otro lado del vagón. Algo que ver con la manga de su camiseta que obviamente el muchacho entendió porque enseguida se arremangó dejando al descubierto un enorme tatuaje que tenía sobre el bíceps. Al verlo, el hombre que viajaba sentado, le dijo casi a los gritos para que lo escuchara sobre el ruido del tren: "¡Qué lindo trabajo que te hicieron en ese tatuaje!" "Es San Cristóbal", le contestó el joven. Todo el vagón fue testigo del intercambio. Me bajé azorada por estos dos episodios que se sumaban a una carta que me había llegado recientemente luego de una de mis apariciones televisivas.

Una mujer me solicitaba ayuda pero para hacerme una simple pregunta relacionada con asistencia financiera para estudiar en la universidad, me escribió tres páginas con todos los detalles de su historia profesional, matrimonial y de salud que en nada eran necesarios como marco para la pregunta que me hacía.

De pronto se me hizo obvio que en realidad toda esta conexión digital nos ha creado la falsa impresión de que estamos acompañados cuando en realidad nos sentimos más solos que nunca. Cuanto más tiempo pasamos frente a las diversas pantallas electrónicas, más nos metemos cada uno en su mundo. Salimos menos que antes, hablamos con nuestros amigos menos que antes y por consiguiente, aumentan el aislamiento, la sensación de soledad y la confusión respecto de quiénes son personas en las que podemos confiar ciertos temas y en quiénes no.

Por eso, es bueno limitar el tiempo en que socializamos en línea aún cuando lo hacemos con nuestros amigos para balancearlo con el tiempo que pasamos juntos en persona. Riéndonos y no escribiendo LOL. Preparando una comida en familia, celebrando un cumpleaños en la casa de alguien en lugar de solo contar cuántos desconocidos te dejaron mensaje en tu pared de Facebook.

Estos son los intercambios que nos nutren y nos ayudan a sentirnos realmente conectados para luego extender esa conexión al ciberespacio. La idea es complementar nuestra vida real con la ciberespacial. No convertirnos en seres invisibles que se pasan horas escribiendo en un chat donde múltiples dimensiones humanas se pierden en el camino.

No hay comentarios:

Volando alto

Volando alto
Powered By Blogger