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22 de octubre de 2011

Cáncer esofágico



¿Qué es?
El cáncer esofágico es un crecimiento anormal de las células del esófago, el tubo que transporta la comida y los líquidos desde la garganta hasta el estómago. El revestimiento normal del esófago se llama epitelio escamoso, un revestimiento celular que se encuentra en la boca, la garganta y el pulmón. La mucosa del esófago cuando llega a la parte superior del estómago está recubierta por un tipo diferente de estructura celular que contiene muchas glándulas o estructuras que segregan varios químicos. Si aparece cáncer de esófago en la porción que recubre este tubo antes de que ingrese al estómago, el cáncer se denomina carcinoma escamoso. Si el cáncer aparece en las porciones glandulares del esófago, se denomina adenocarcinoma (cánceres de las estructuras glandulares).
Hay dos tipos de cáncer esofágico:
  • Carcinoma escamoso: comienza en las células que recubren el esófago. Este tipo de cáncer esofágico puede aparecer en cualquier parte del esófago. En el pasado, este tipo de cáncer esofágico era el más común. En las últimas décadas, los adenocarcinomas han sido los responsables de muchos de los casos nuevos de cáncer esofágico.
  • Adenocarcinoma: comienza en la porción inferior del esófago cerca de la abertura del estómago. Comienza cuando las células de la capa de revestimiento se convierten en un tipo de célula glandular, una condición llamada esófago de Barret.
El cáncer esofágico es común en Asia, África y América Latina, pero menos común en Estados Unidos. Sin embargo, en Estados Unidos el número de casos de adenocarcinomas del esófago se está incrementando más rápidamente que cualquier otro cáncer. Muchos expertos han asociado este incremento con una regurgitación de los contenidos estomacales hacia la porción inferior del esófago, llamada enfermedad por reflujo gastroesofágico o ERGE. No existe certeza sobre la causa del cáncer esofágico; sin embargo los siguientes se consideran factores de riesgo:
  • Edad: la mayoría de las personas que desarrollan cáncer esofágico tiene más de 50 años.
  • Sexo: ambos tipos de cáncer esofágico ocurren alrededor de tres veces más a menudo en hombres que en mujeres.
  • Raza: el carcinoma escamoso de esófago es tres veces más común entre los afroamericanos que entre los blancos. Sin embargo, los caucásicos son más propensos a desarrollar adenocarcinomas en la parte inferior del esófago que los afroamericanos.
  • Uso de tabaco: el tabaco que se consume en varias formas aumenta el riesgo de sufrir de cáncer esofágico. Mientras más tiempo y más cigarrillos fume, mayor será el riesgo. Esto es verdad, en primera instancia, en el caso del carcinoma escamoso de esófago. Los pacientes que desarrollan cáncer esofágico pueden estar en riesgo de desarrollar cáncer en la cabeza y el área del cuello, también relacionado con el consumo de tabaco.
  • Consumo de alcohol: el consumo excesivo o crónico de alcohol, especialmente cuando se combinan con el uso de tabaco, incrementa el riesgo. Nuevamente, esto es verdad, en primer lugar, en el caso del carcinoma escamoso de esófago. El consumo de bebidas alcohólicas fuertes, aparte de la cerveza y el vino, pueden estar muy ligado a este cáncer, aunque lo que importa es la cantidad que se consume. Algunos investigadores sugieren que el metabolismo del alcohol puede ser diferente entre las personas que desarrollan cáncer esofágico comparado con aquellas que beben y que no desarrollan este cáncer.
  • Esófago de Barrett: se cree que la irritación causada por el reflujo ácido crónico hace que las células de la base del esófago se transformen en células glandulares similares al revestimiento del estómago. Estas células glandulares son propensas a transformarse en células cancerosas. Este es el factor de riesgo más fuerte conocido que causa cáncer en la porción inferior del esófago, llamado adenocarcinoma.
  • Irritación química: el daño al esófago por tragar lejía, más generalmente en la niñez o debido a una radiación anterior, aumenta el riesgo de padecer de cáncer esofágico. La irritación química también puede causar una condición llamada acalasia, donde parte del esófago se dilata (expande) y recoge los alimentos parcialmente digeridos. Esta condición está asociada con la pérdida de la capacidad muscular del esófago para impulsar los alimentos hacia estómago, lo que causa acumulación de la comida y ensanchamiento del esófago.
  • Dieta: una dieta baja en frutas y verduras y en ciertos minerales y vitaminas está asociada con un mayor riesgo de contraer cáncer esofágico. Los nitratos en los alimentos y las toxinas por hongos de las verduras están asociadas con el cáncer esófago.
  • Condiciones médicas: dos condiciones médicas están asociadas con un riesgo mayor de sufrir de cáncer esofágico. El síndrome de Plummer-Vinson, también llamado síndrome de Paterson-Kelly y la queratosis. El síndrome de Plummer-Vinson consiste en la presencia de pequeñas prolongaciones parecidas a una membrana en la porción tubular del esófago, llamadas membranas esofágicas, con anemia por carencia de hierro. La queratosis es una condición asociada con la formación excesiva de queratina (hiperqueratosis) en las palmas de la mano y las plantas de los pies. Ambas condiciones pueden estar asociadas con un mayor riesgo de sufrir de cáncer esofágico.
Síntomas
El cancer esofágico en etapa inicial quizá no presente síntomas. A medida que el cáncer avanza, usualmente causa uno o más de los siguientes síntomas:
  • dificultad o dolor para tragar, o dificultad para tragar todo alimento sólido (llamada disfagia o odinofagia). A menudo, los pacientes se quejarán de que sienten que los alimentos “se atascan” en medio del pecho, justo debajo esternón.
  • dolor en el pecho o entre los omóplatos
  • acidez o reflujo gástrico frecuente
  • pérdida severa de peso
  • ronquera o tos crónica
  • vómitos
  • tos con sangre
Otras condiciones pueden causar estos síntomas. Debería visitar a su médico si presenta alguno de estos síntomas. Busque atención médica de inmediato, si tiene dolor en el pecho o vomita sangre.
Diagnóstico
Además de examinar y revisar su historia clínica, su médico probablemente le ordenará radiografías y otros exámenes de diagnóstico. Esto puede incluir los siguientes:
  • Estudios rutinarios de laboratorio: los análisis básicos de sangre pueden ayudar a determinar si usted está perdiendo sangre y si sus órganos (riñones, hígados, etc) están funcionando normalmente Estos exámenes pueden ayudar a determinar los demás estudios que es necesario realizarse y la gravedad de la condición.
  • Deglución de bario: también conocido como esofagograma, este examen consiste en una radiografía del esófago. Usted ingiere un líquido con bario, que recubre el interior de su esófago y que en las radiografías facilita la visibilidad de la obstrucción o cambios en la forma del tubo esofágico.
  • Esofagoscopia: (un tipo de endoscopia) el médico inserta un tubo delgado y con luz llamado endoscopio dentro del esófago. En un extremo del endoscopio hay una pequeña cámara de vídeo. Con esta herramienta, el médico puede detectar problemas en su esófago y recoger muestras de tejido para ser examinados. Esto puede incluir una biopsia del esófago o una aspiración con una aguja fina de las áreas sospechosas que se ven mediante una endoscopia. A menudo, el paciente recibe un sedante o un calmante para minimizar la molestia.
  • Tomografía computada (TC): se toman radiografías desde diferentes ángulos que muestran imágenes en tres dimensiones de sus órganos internos. Este examen busca todo bulto u obstrucción y es especialmente útil para determinar la magnitud del cáncer y su diseminación, lo que puede ayudar a tomar decisiones respecto del tratamiento a seguir.
  • Ultrasonido endoscópico: este examen usa una máquina de ultrasonido que se une al extremo del endoscopio y que se inserta dentro del esófago para generar imágenes con ondas sonoras. Este examen puede resultar más completo que la TC para determinar cuánto ha crecido el cáncer dentro del esófago, del tejido circundante y de los ganglios linfáticos. Esta información es especialmente importante para decidir si se realiza una cirugía y planear la misma. Esta es una parte muy importante en la evaluación del paciente que padece de cáncer de esófago. Generalmente se combina con una aspiración con una aguja fina de las áreas sospechosas.
  • La tomografía por emisión de positrones (PET): un avance importante que ayuda a determinar la presencia y la magnitud de la diseminación del cáncer esofágico ha sido la PET. Este examen permite detectar, mediante químicos altamente sofisticados, la actividad metabólica de las células cancerosas anormales ya que determina la absorción de una sustancia azucarada (glucosa). Estudios recientes han mostrado mayor precisión en la detección de la diseminación del cáncer a otras áreas del cuerpo cuando se comparó una PET con una TC. Este tipo de información influirá mucho en el tipo de tratamiento que se le ofrecerá al paciente.
Las personas con carcinoma escamoso de esófago tiene mayor riesgo de padecer de cáncer en la boca, en la nariz, en los pulmones y en el estómago. Por esta razón, usted probablemente también tendrá que hacerse exámenes con endoscopios en su garganta y pulmones, así como radiografías y una TC de pecho.
Duración
Si no se detecta, el cáncer esofágico continuará creciendo y puede diseminarse a casi todas las partes del cuerpo. La probabilidad de supervivencia se incrementa de manera notable si la enfermedad se detecta rápidamente.
La duración y tipo de tratamiento que se le dará al paciente dependerá de factores tales como edad, y salud en general, cuán diseminado esté el cáncer y la manera en que el cuerpo responde al tratamiento y es capaz de tolerarlo. Los tratamientos pueden llevar varios meses. Si se realiza cirugía, el periodo de recuperación típicamente dura el menos tres a cuatro semanas y quizá más tiempo.
Prevención
Ya que es posible evitar algunos factores de riesgo de sufrir de cáncer de esófago, usted puede seguir estos pasos para disminuir tal riesgo:
  • no consuma tabaco en ninguna de sus formas si fuma o usa tabaco , busque la ayuda necesaria para abandonar el hábito
  • nunca consuma nada que podría dañar su tubo digestivo
  • si bebe alcohol, hágalo con moderación; la mayoría de los especialistas recomiendan que las mujeres no beban más de una copa por día y los hombres no más de dos por día
  • si sufre de acidez, hable con su médico sobre cómo evitar la acidez y la manera de tratarla, en caso de ser necesario.
Si sufre de síntomas de reflujo crónico o acidez, puede realizarse una esofagoscopia para detectar el esófago de Barret. Si sufre de esófago de Barret, algunos médicos recomiendan exámenes periódicos o biopsias para detectar anomalías antes de que se conviertan en cáncer.
Tratamiento
El tratamiento para el cáncer esofágico depende del tamaño y ubicación del tumor, los síntomas y el estado de salud general. Se pueden realizar varios tratamientos y combinaciones de tratamientos. Su equipo de especialistas puede incluir un cirujano, un gastroenterólogo (especialista en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades del sistema digestivo), un oncólogo (especialista en el tratamiento del cáncer) y un oncólogo de radiación (especialista en el uso de radiación para el tratamiento del cáncer). Quizá le ordenen otros exámenes antes de comenzar los tratamientos para determinar el funcionamiento del corazón y los riñones.
A continuación se describen los tratamientos para el cáncer esofágico:
  • Cirugía: extirpar el tumor y los tejidos afectados es la mejor opción para curar el cáncer esofágico. Generalmente, el cirujano extirpa todos o una porción del esófago y los ganglios linfáticos circundantes para prevenir que el cáncer continue diseminándose. A veces, se extirpa la parte superior del estómago. El cirujano utiliza la porción restante del estómago o una parte del intestino para reconectar el tubo digestivo para que usted pueda tragar. Esta es una cirugía extensa y requiere que el paciente pueda tolerar esta intervención. Recientemente, se han comenzado a considerar modificaciones usando técnicas mínimamente invasivas en un paciente apropiado. Otra consideración importante es la de seleccionar una institución o un cirujano que haya realizado muchas operaciones de cáncer de esófago. Es posible disminuir las complicaciones cuando el tratamiento se realiza en hospitales que operan muchos de estos casos.
  • Quimioterapia: pueden administrarse drogas contra el cáncer, usualmente en forma intravenosa (en la vena) para matar las células cancerosas. La quimioterapia puede combinarse con la terapia de radiación. Existen muchos agentes quimioterapéuticos nuevos y otros tipos de tratamientos químicos que se han incorporado en los últimos cinco años y que en cierta manera prometen un incremento en las tasas de éxito.
  • Terapia de radiación: este tratamiento usa rayos de alta energía para exterminar las células cancerígenas. La radiación pueden ser generada por una máquina externa al cuerpo (radiación externa) o por elementos radioactivos colocados en o cerca del tumor (radiación interna). Puede realizarse terapia con radiación en vez de cirugía, ya sea sola o en combinación con la quimioterapia, especialmente si el tamaño o la ubicación del tumor dificulta la cirugía. La terapia de radiación puede estar combinada con quimioterapia para reducir el tumor antes de realizar la cirugía. Si el tumor no puede extirparse mediante cirugía o destruido con terapia de radiación, la radiación puede ayudar a calmar el dolor y hacer más fácil la deglución.
En general, determinar si se realiza o no la cirugía, la quimioterapia o la terapia de radiación, solos o en combinación, dependerá en última instancia de la etapa del cáncer según lo determinarán los exámenes antes descritos.
Cuando se tome una decisión respecto del mejor tratamiento, el equipo de profesionales evaluará los beneficios de la cirugía y los riesgos de esta operación riesgosa, que presenta varias posibles complicaciones. Para muchas personas, la terapia con radiación sola o en combinación con la quimioterapia puede ofrecer las mismas posibilidades de supervivencia que la cirugía. Además, existen otras opciones para mejorar los síntomas, incluidos:
  • un stent (pequeña malla metálica) colocada dentro del esófago. Esto se realiza para derivar la obstrucción debido al cáncer, lo que permite que el paciente puede comer normalmente.
  • un láser para reducir el tamaño del tumor, que puede prevenir la obstrucción y mejorar la deglución
  • un cirugía más simple, en la cual se insertan sondas nasogástricas dentro del estómago o intestinos para la alimentación y para evitar problemas con la deglución.
Cuándo llamar a un profesional
Visite a su médico si experimenta cualquier síntoma característico de cáncer esofágico, como dificultad para tragar, perdida de peso o vómitos. Busque atención médica de inmediato si tiene dolor en el pecho o vomita sangre. Si tiene la sensación de que la comida se atasca en la vía de deglución (esófago), usted también debería ponerse en contacto con su médico. Los pacientes que han sido diagnosticados con ERGE, deberían también consultar con un gastroenterólogo para determinar si existe una condición precancerosa en la parte inferior del esófago.
Pronóstico
Una vez que se ha diagnosticado cáncer, su médico le realizará exámenes para determinar la etapa que ha alcanzado el cáncer. Las etapas se clasifican de 0 a IV. Mientras mayor la etapa, más diseminado está el cáncer. Por ejemplo, en una etapa 0, el cáncer se localiza en la membrana superficial del esófago. En la etapa IV, el cáncer no ha invadido la capa muscular externa.
La cirugía para extirpar el tumor ofrece la mejor opción para curar el cáncer esofágico. Sin embargo, la cura es relativamente rara ya que en muchos pacientes el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos circundantes u otros órganos aún cuando el cáncer tuvo un diagnóstico temprano. Si la enfermedad se detecta rápidamente, la tasa de supervivencia de cinco años se eleva, el 75 % en pacientes diagnosticados en etapa 0 y 40-50 % en pacientes diagnosticados en etapa I. La mayoría de los casos de cáncer esofágico se diagnostica en las etapas más avanzadas cuando la tasa de supervivencia de cinco años se reduce a alrededor del 15 a 20% o menos. Con o sin tratamiento, la quimioterapia con terapia de radiación puede ayudar a mejorar la calidad de vida y prolongar la supervivencia, aún en las etapas avanzadas

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