Hola amigas. Siempre que nos cambiamos de casa, de ciudad o de país nos planteamos un gran reto que significa dedicación, esfuerzo, energía y mucho tiempo. Usualmente lo que viene a nuestra mente cuando pensamos en la palabra mudanza es "que terrible, me tengo que mudar" o "una mudanza es lo peor que puede suceder".
Recuerdo que cuando llegué a Estados Unidos, me di cuenta de que la gente de este país se mudaba constantemente y que el promedio máximo de permanencia en una casa es aproximadamente de seis años. Eso contrastaba mucho con mi país, donde la gente puede vivir en una misma casa toda su vida.
Haciendo una reflexión sobre los cambios que implican una mudanza y más que interpretar este hecho como una inconveniencia, pienso que podemos inferir sobre múltiples beneficios que estos cambios pueden proporcionar a tu vida.
Primero que nada, una mudanza es sinónimo de cambio, y los cambio son importantes en nuestras vidas, porque significan la oportunidad de terminar ciclos y emprender nuevas facetas con experiencias distintas. Los seres humanos necesitamos a veces culminar etapas y dejarlas en el pasado, para iniciar un presente bajo otro estilo de vida.
Con la mudanza será imprescindible adecuarte a un nuevo destino, y esto requiere de la adaptación. Todos los ejercicios de adaptación son altamente beneficiosos en nuestra vida, porque nos ayudan a aceptar nuevas realidades y a comprender mejor el entorno.
El cambio de residencia traerá renovación a tu existencia, esto te brindará la experiencia de sentirte con una actitud diferente ante la vida, y dejar atrás ciertas ataduras con respecto a bienes materiales. Por ejemplo, vemos con facilidad como hay personas que sufren por cambiar de casa y mantienen una dependencia sentimental por una casa que tal vez no pueden ni siquiera mantener. Hay que admitir que nuestro hogar, nuestro refugio esté en nosotros mismos y lo que construimos con nuestro amor y con nuestra perseverancia. Donde vayamos nos llevamos lo mejor de nosotros y donde lleguemos podemos seguir plantando nuestra esencia y hacerla crecer.
La mudanza trae consigo sorpresas, conocer nuevas personas, hacer compras en otros lugares, te identificas con otras costumbres y estableces otros patrones de comportamiento y de vida. Asimismo te sorprenderás de hacer amistades y tratar personas que pueden influenciar tu vida y que de ninguna manera hubieses conocido. Es decir que rompes con la rutina y esto además de sorpresivo será divertido.
Todas las personas necesitamos albergar esperanza en nuestro corazón. La esperanza viene de la mano de la motivación y abre espacios en nuestros pensamientos y en nuestra creatividad. La mudanza está asociada a estos conceptos de una manera importante. Siempre que nos mudamos debemos pensar en todo lo bueno que este cambio traerá a nuestra existencia y a nuestra conquista diaria para ser mejores individuos. Un nuevo vecindario, la posibilidad de un trabajo diferente, otras características culturales que conforman un nuevo estilo de vida para tus experiencias y que seguramente te harán pensar en nuevos propósitos para ti y para tu grupo familiar.
Es por eso que todos debemos animarnos a mudarnos con una actitud positiva, con alegría y con fe en un futuro mejor. Como decía al comienzo, nuestra existencia se compone de ciclos. Al terminar unos y comenzar con otros te brindas la oportunidad de renovarte y continuar un sendero inédito esperando que las mejores circunstancias ocurran en tu vida.
Así como las mudanzas físicas NO las tenemos que asimilar como un proceso tedioso y de cansancio, es vital que algunas mudanzas que hagamos en nuestras vidas representen una estupenda oportunidad para romper con el pasado y llenarte de energía y motivación para tu crecimiento personal.
Recuerda siempre que tu mejor fuente de motivación y esperanza la encuentras en tu relación con Dios y Él constituye un excelente medio para transportarte a donde tengas que llegar.
Hasta la próxima, ¡bendiciones!
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