Pages inicio

30 de enero de 2011

Todo tienensu tiempo

Yo creo que una de las cosas que Dios puso en mi corazón para poder compartir con ustedes es que nos gocemos en Él. Mi esposa siempre me dice que le vida es corta y que hay que disfrutarla al máximo. Y yo bien sabio he aprendido a recibir ese consejo de mi esposa. 

Así que yo he querido, mis hermanos, y así entiendo que es el deseo del corazón de Dios que cada minuto de esta noche nosotros lo disfrutemos al máximo. Por eso es que nos gozamos desde el principio. Cada una de las canciones que hemos podido elevar delante de Dios. El poder escuchar a Orlando y Vanessa ministrando también. 

Mire, y ser ministrados también por Jessi y el gozo que se le sale a él por los poros. Y yo creo que todo esto mis hermanos, representa algo de Dios. Y de cómo Él se goza con cada uno de nosotros. Cómo Él se goza en ustedes. Y a medida que yo meditaba en una palabra para esta noche. Una de las cosas que el Señor puso en mi mente fue lo siguiente. Es todo cuestión de tiempo.
Déjame decirlo de nuevo, es todo cuestión de tiempo.
Las temporadas del año marcan un tiempo. El reloj ahora mismo está marcando un tiempo. El mero hecho de que usted esté allí ahora sentado, marca un tiempo. Pero lo más hermoso de todo es que nosotros ahora mismo estamos en el tiempo de Dios. 

Nosotros estamos viviendo un tiempo, Kairos, por así decirlo. Ese Kairos implica que Dios está en una acción tan intencionada donde nosotros no podemos estar ignorantes a lo que Él está haciendo en medio nuestro. Cosas tan simples y tan sencillas como un estrechón de manos con alguien puede ser una cita divina que Dios nos está dando. El mero hecho de que en algún momento recibamos una llamada que no estábamos esperando. Puede ser tiempo de Dios para su vida o para la vida de esa persona que está al otro lado del teléfono.
Miren esto, Eclesiastés, capítulo 3: Dice lo siguiente, y los que están siguiendo en inglés me pueden seguir.
Dice, “Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del sol tiene... su hora." Dile a la persona al lado tuyo, ‘todo tiene su tiempo. Y tu tiempo se acerca.’ Miren cómo dice el relato bíblico.
El relato bíblico dice que hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir. Un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado. Un tiempo para destruir y un tiempo para edificar. Un tiempo para llorar y un tiempo para reír. Un tiempo para guardar luto y un tiempo para gozarse.
Actually, aquí dice un tiempo de bailar, ¿verdad?

Hay un tiempo para esparcir piedras. Y hay otro tiempo para juntar esas piedras. Hay un tiempo para abrazar. Y hay un tiempo para abstenerse de hacerlo. Hay un tiempo para buscar. Hay un tiempo para perder. Hay un tiempo para guardar cosas. Y hay un tiempo para desechar eso mismo. Un tiempo para romper las cosas. Y un tiempo para volverlas a unir. Un tiempo para callar. Y un tiempo para hablar. Un tiempo para amar. Y un tiempo para aborrecer. Todo debajo del sol tiene su tiempo. Y nosotros estamos en el tiempo de Dios.
Miren que eso puede estar repitiendo. Voy a estar repitiendo esto toda la noche. Lo que falta en los próximos minutos. 

Miren estos mis hermanos, el vivir en el tiempo de Dios es algo que, de nuevo, no lo podemos dejar pasar por alto. No implica el que nosotros vamos a estar viviendo así, la vida del día al día. Significa que cada momento se tiene que vivir con una intención. Aún cuando yo me voy a acostar a dormir, tengo que hacerlo con una intención. Porque aún en mi sueño puede ser que tenga un encuentro con Dios, que tengo que estar atento a eso. Y Dios quiere, mis hermanos, mostrar cosas nuevas a cada uno de nosotros. Eso es algo que hemos estado escuchando por los últimos cuatro, seis meses en esta iglesia: Que Dios quiere hacer algo con nosotros. Muchos de nosotros no lo hemos experimentado ya.
Pero ese tiempo se acerca. Donde podremos ver a Dios en medio nuestro como nunca antes lo habíamos visto. ¿Saben qué? Muchos de nosotros vamos a comenzar a conocer a Dios en muchas formas… nuevas. Déjenme ilustrarles algo. Pastor Greg quédate allí.

Hay tiempos… donde Dios está enfrente tuyo. Y Él es el que está cogiendo todos los golpes por ti. ¿Alguien tiene un tomate o un huevo por allí? ¿Qué lo puedan tirar? ¡Miren que no me lo van a dar! Pero, a la misma vez, hay otro tiempo donde Dios está detrás de ti. Él te está empujando y Él te está motivando. Y Él te está diciendo: ‘Atrévete. Hazlo ahora. Yo te estoy dirigiendo. Yo te estoy guiando. Soy yo el que está abriendo puertas por ti’. 

Y ahora hay otros tiempos, donde Dios está al lado tuyo.
Can I use your hand? Ah, ya. Y te tira la mano de lado. Y te dice, ‘No te apures. Llora en mi hombro.’ Tal vez nosotros hemos experimentado a Dios en distintas formas. Algunos de nosotros hemos estado en esa temporada en que Dios está frente nuestro. Tal vez algunos de ustedes están en la temporada donde Dios está detrás de ti, empujándote.
Y puede ser que algunos de ustedes tengan a Dios justamente a su lado. Ahora, pero hay un tiempo también, donde Dios no está. Could you go to that corner Greg? You can continue translating.
Hay tiempos donde Dios no está. Tú lo buscas al frente, atrás, al lado - y no está. Y usualmente decimos que este tiempo es, ¿qué? El desierto. Es el tiempo donde no sentimos a Dios. Nos sentimos abandonados. Creemos que Dios se ha desentendido de nosotros. Pero, ¿saben qué? El asunto es que Dios no se ha desentendido de nosotros.

Ese desierto lo que sirve mis hermanos, y esto creo que es algo que Dios ha implantado en mi corazón. Que el desierto usualmente lo vemos como algo negativo. Pero ese desierto es para que tú puedas internalizar todo lo que Dios ha hecho contigo mientras estuvo al frente, atrás y al lado tuyo. Tú necesitas esos tiempos a solas para que tú puedas digerir las cosas. Si Dios está todo el tiempo contigo, dándote la comida en la boca, tú no vas a aprender a agarrarlo y echártelo tú mismo. Son esos los tiempos que Dios usa para ayudarte a crecer.
Son cuatro tiempos: Dios de frente a ti, Dios detrás de ti, Dios al lado tuyo, y cuando Dios no está.
¿Dónde nos encontramos nosotros? A medida que cerramos esta año 2009. ¿Dónde tú has estado? ¿Con qué tiempo tú te identificas? Yo creo, mis hermanos, y no quiero decir esto por redundancia, pero a la misma vez lo quiero repetir: Nosotros estamos en un tiempo de Emanuel. El miércoles, cuando celebramos el día de Navidad, eso fue parte del mensaje que pude compartir con ustedes.
Que estamos en un tiempo de Emanuel, Dios con nosotros.

El domingo pasado, el Pastor Samuel también compartió este mensaje. Lo que significa el vivir bajo ese sentir que Dios es ese Emanuel. Que Dios está con nosotros, que Dios está entre nosotros y Dios está en favor de nosotros. Y hoy yo no puedo evitar, mis hermanos, el decirle a cada uno de ustedes: Emanuel. Que Dios está con nosotros. Estamos en un tiempo, mis hermanos, como nunca antes, que la presencia de Dios está caminando junto a cada uno de ustedes.
Es como si tuviésemos esa columna de fuego de noche y esa nube que nos tapa del sol durante el día. Estamos viviendo en esas temporadas, donde Dios va a estar abriendo caminos delante de ti. Él va a estar recibiendo todos los golpes, porque Él va a servir como escudo para tu vida. Pero a medida que sirve como escudo va a abrir puertas para ti.
Y en la misma forma Él va a estar detrás de ti, moviéndote, empujándote, animándote para que tú puedas alcanzar esas cosas que Dios ya ha ganado para ti. Dios va a estar a tu lado para animarte, cuando te sientas con ganas de llorar, para que tú puedas llorar con Él. Que tú te puedas sentir consolado o consolada.
Y también Dios va a traer ese tiempo, donde te vas a sentir solo, te vas a sentir sola y, ¿sabes qué? Cuando te sientas así, yo no quiero que tú llegues a donde nosotros los pastores diciendo: ‘Pastor, siento que Dios me ha abandonado’. Cuando te sientas así, piensa en lo siguiente: Dios quiere que internalices lo que Él te ha mostrado. Siémbralo en tu corazón. Como dice bien esta escritura, hay tiempo para todo. Y Dios tiene sus tiempos para ti.
Va a venir tiempos en este 2010, míralo bien. Van a venir tiempos en este 2010, donde algo nuevo va a nacer. Pero a la misma vez, algo va a morir. Van a venir tiempos en los cuales tú vas a tener que sembrar, y llegará el momento donde vas a poder arrancar lo que tú has sembrado. Va a llegar el momento donde tú vas a estar esforzándote por recoger aquellas piedras que se han esparcido. Pero también va a llegar el momento donde vas a tener que esparcir las cosas de alguna forma u otra.
Es bien interesante cuando el Pastor Gilberto estaba diciendo hace unos minutos atrás. Porque esta mañana lo escuché también en la radio. Escuché en la radio a alguien decir que para este nuevo año vamos a tener que olvidarnos de las bendiciones que Dios nos dio en el año pasado. Olvidarnos de lo que queda atrás para poder entrar en este año nuevo con una nueva expectativa de cuáles van a ser esas bendiciones, esas bendiciones nuevas que Dios va a traer a nuestro ser. Esas bendiciones que Dios va a traer a nuestra vida entera.
Bendiciones que las podremos compartir con otros. Va a venir su tiempo, mi hermano y mi hermana, donde tú vas a conocer a Dios en una nueva luz. Y mi oración, el deseo de mi corazón, y entiendo que es el deseo de Dios también, es que tú lo puedas conocer así. 

Yo quisiera hacer algo, mis hermanos, me quedan 10 minutos. Diez minutos, y quisiera que por favor ustedes se pongan de pie. Lo que yo quisiera es que pudiésemos hacer una oración antes de, vaya, sí, si me puedes poner el reloj allí, chévere. Ponme el reloj.
Yo quisiera que hagamos una oración bien especial. Y si usted está con algún familiar suyo, que está allí cerca de usted, yo le animo a que usted agarre a esa persona y que se junten allí en un abrazo. Si usted está solo o sola, y pues tiene un hermano o hermana en Cristo, allí a su lado, yo le animo a que se acerque a esa persona también.
Y si no conoce a nadie, pues conozca a alguien en la familia en Cristo. Y esta oración la vamos a hacer, obviamente sin música, porque yo quiero que los músicos estén con su familia también. Si usted que nos ve por el Internet, por favor, agárrese a su familia también.
Y piense en esta palabra: ‘Es el tiempo de Dios para mi vida. Es el tiempo de Dios para mi familia. Es el tiempo de Dios para esta iglesia. Es el tiempo de ver cosas nuevas. Llegará el tiempo de perder cosas, pero detrás de esas cosas vendrán otras nuevas. Y todo porque proviene de Dios’.
Si usted es jefe de familia, les hablo a ustedes padres o esposos, yo quiero que usted bendiga a su esposa, a sus hijos. Y que esas esposas puedan recibir esa bendición. Si usted está con sus hermanos o hermanas allí, si son amigos o amigas. Tomen turnos para orar unos por otros, y pida que ese tiempo de Dios se cumpla en la vida de esa persona. 

Señor, Jesús, como Iglesia venimos delante de ti. Venimos delante de ti como familias. Venimos delante de ti como hermanos y hermanas, amigos y amigas, somos parte de tu familia, parte de tu cuerpo, Señor.
Y, Padre, en este momento, en una forma especial, profética, yo declaro tu bendición sobre todas estas personas que están aquí en esta noche. Padre, este año 2009, este año 2009 trajo muchas cosas, quitó muchas cosas, experimentamos distintas cosas nuevas, y ahora nos estamos dirigiendo al año 2010 buscando lo que Tú tienes para nosotros. Cosas que los ojos no han visto, cosas que oídos no han escuchado, cosas que no han subido en el corazón de hombres pero que sí están en Tú corazón, que Tú las has escuchado. Que han salido de Tú boca, que Tú las estás viendo ahora mismo. Es a esas cosas que nos dirigimos.
Tornamos nuestros rostros a ti, Señor y reclamamos Tu bendición sobre nuestras vidas, sobre nuestras familias, sobre esta Iglesia, sobre nuestros trabajos, sobre nuestros vecindarios, nuestra comunidad, este estado de Massachusetts, la nación de Estados Unidos, los países de los cuales venimos.

Decimos que es Tú tiempo, que es Tú tiempo, Señor. Se Tú, Emanuel. Dios con nosotros. Dios entre nosotros y Dios a nuestro favor. Padre, declaramos Tu bendición sobre tu pueblo, Señor. Cosas nuevas sucediendo en este nuevo año, Jesús. A ti te damos la gloria, a ti te damos el honor por siempre y siempre. Amén y amén, Señor Jesús. Gloria a ti Jesús

No hay comentarios:

Volando alto

Volando alto
Powered By Blogger