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9 de marzo de 2012

Evangelina Rodríguez

Evangelina Rodríguez
Si hay una historia que resume todo el horror, la opresión y la crueldad que representó la dictadura de Rafael Trujillo, es la de la Evangelina Rodríguez, que nació en el año 1879 en Higüey.
Tal como narra la periodista e historiadora Ángela Peña, la dictadura de Trujillo la marginó de la sociedad dominicana. La borró del mapa.

Evangelina Rodríguez PerozoSu tesis, resultado de sus investigaciones, “fue excluida de los congresos médicos, eliminada del Directorio y de la Síntesis Bibliográfica que incluía los nombres de todos sus colegas. La revista Fémina, donde ella publicaba sus colaboraciones literarias, le cerró sus puertas.


 El doctor Moscoso Puello, que fue su compañero y conocía su capacidad y sus virtudes, escribió un libro y apenas la menciona”, expone Peña. Todo porque la obra fue escrita durante la dictadura de Trujillo, que negaba el más mínimo derecho a pensar y a expresarse libremente.

Evangelina Rodríguez, pese a haber sido la primera médica graduada, con especialidad en pediatría y ginecología, fue rechazada para el nombramiento de profesora universitaria, y en su lugar se nombró a Consuelo Bernardino, debido a la influencia que ejercían en el régimen los hermanos de esta última, Minerva y Félix, dos serviles de la sangrienta dictadura.

Evangelina Rodríguez Perozo fue acosada, perseguida, golpeada y encarcelada, por sus críticas a la tiranía.
En el artículo de Ángela Peña se cita al doctor Santiago Castro Ventura, quien detalla que esta gran dominicana cayó en desgracia y sus pacientes abandonaron la consulta.

Tanta represión y aislamiento la enloquecieron. Comenzó a deambular por las calles vociferando consignas contra el terror.

“Se decidió acentuar la represión sobre ella: fue confinada en la colonia Pedro Sánchez, en El Seibo. En la fortaleza México, de San Pedro de Macorís, después de interrogarla para saber si instigaba la huelga, y golpearla durante varios días, los guardias la dejaron abandonada en un desierto camino vecinal cerca de Hato Mayor...”, expone el doctor Castro Ventura, citado por Ángela Peña.

“Comenzó a caminar, caminar, caminar, tal vez para olvidar su desgracia... En Higüey la encontraron en la puerta de la iglesia, con los brazos en cruz, pidiéndole perdón a la Virgen de La Altagracia porque Trujillo iba a convertir la República en un baño de sangre. Un cuadro típico alucinatorio donde oía las voces de los asesinos maldiciendo a sus víctimas”, indica el conmovedor relato del doctor Castro Ventura.

Evangelina Rodríguez Perozo murió el once de enero de 1947. Ángela Peña afirma que el olvido, la ingratitud y la indiferencia la han acompañado más allá de la muerte.

“De la calle que rinde homenaje a su memoria desapareció el rótulo que fue retirado para enmendar el nombre mal escrito. Nunca ha sido repuesto y la vía lleva más de un año sin identificar. Por lo demás, a la meritoria y ejemplar dama sólo se le recuerda como la primera mujer médico dominicana sin resaltarse los valiosos aportes que ofreció al país, los programas que introdujo, aun vigentes, y la inestimable labor social, cultural y patriótica que desempeñó”, expuso la periodista e historiadora en un reportaje publicado en el diario Hoy.

Además del doctor Castro Ventura, que escribió el libro Evangelina Rodríguez. Pionera médica dominicana; el doctor Antonio Zaglul escribió En las tinieblas de la locura. Despreciada en la vida y olvidada en la muerte. Biografía de Evangelina Rodríguez, la primera médica dominicana.

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