Si hay una historia que resume todo el horror, la opresión y la crueldad que representó la dictadura de Rafael Trujillo, es la de la Evangelina Rodríguez, que nació en el año 1879 en Higüey.
Tal como narra la periodista e historiadora Ángela Peña, la dictadura de Trujillo la marginó de la sociedad dominicana. La borró del mapa.

El doctor Moscoso Puello, que fue su compañero y conocía su capacidad y sus virtudes, escribió un libro y apenas la menciona”, expone Peña. Todo porque la obra fue escrita durante la dictadura de Trujillo, que negaba el más mínimo derecho a pensar y a expresarse libremente.
Evangelina Rodríguez, pese a haber sido la primera médica graduada, con especialidad en pediatría y ginecología, fue rechazada para el nombramiento de profesora universitaria, y en su lugar se nombró a Consuelo Bernardino, debido a la influencia que ejercían en el régimen los hermanos de esta última, Minerva y Félix, dos serviles de la sangrienta dictadura.
Evangelina Rodríguez Perozo fue acosada, perseguida, golpeada y encarcelada, por sus críticas a la tiranía.
En el artículo de Ángela Peña se cita al doctor Santiago Castro Ventura, quien detalla que esta gran dominicana cayó en desgracia y sus pacientes abandonaron la consulta.
Tanta represión y aislamiento la enloquecieron. Comenzó a deambular por las calles vociferando consignas contra el terror.
“Se decidió acentuar la represión sobre ella: fue confinada en la colonia Pedro Sánchez, en El Seibo. En la fortaleza México, de San Pedro de Macorís, después de interrogarla para saber si instigaba la huelga, y golpearla durante varios días, los guardias la dejaron abandonada en un desierto camino vecinal cerca de Hato Mayor...”, expone el doctor Castro Ventura, citado por Ángela Peña.
“Comenzó a caminar, caminar, caminar, tal vez para olvidar su desgracia... En Higüey la encontraron en la puerta de la iglesia, con los brazos en cruz, pidiéndole perdón a la Virgen de La Altagracia porque Trujillo iba a convertir la República en un baño de sangre. Un cuadro típico alucinatorio donde oía las voces de los asesinos maldiciendo a sus víctimas”, indica el conmovedor relato del doctor Castro Ventura.
Evangelina Rodríguez Perozo murió el once de enero de 1947. Ángela Peña afirma que el olvido, la ingratitud y la indiferencia la han acompañado más allá de la muerte.
“De la calle que rinde homenaje a su memoria desapareció el rótulo que fue retirado para enmendar el nombre mal escrito. Nunca ha sido repuesto y la vía lleva más de un año sin identificar. Por lo demás, a la meritoria y ejemplar dama sólo se le recuerda como la primera mujer médico dominicana sin resaltarse los valiosos aportes que ofreció al país, los programas que introdujo, aun vigentes, y la inestimable labor social, cultural y patriótica que desempeñó”, expuso la periodista e historiadora en un reportaje publicado en el diario Hoy.
Además del doctor Castro Ventura, que escribió el libro Evangelina Rodríguez. Pionera médica dominicana; el doctor Antonio Zaglul escribió En las tinieblas de la locura. Despreciada en la vida y olvidada en la muerte. Biografía de Evangelina Rodríguez, la primera médica dominicana.
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