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31 de marzo de 2012

Las personas jóvenes sufren más con el divorcio por Doctora Aliza • 30 de marzo de 2012




“Hasta que la muerte los separe” es una frase que en muchas ocasiones no surte efecto. Cada vez más son las parejas que se divorcian en el mundo, lo cual causa estrés, depresión y otros problemas de salud. Curiosamente, estos problemas se presentan con mayor frecuencia entre las personas jóvenes que se divorcian y no tanto en las personas mayores. Entérate del porqué.

Laura y Felipe llevaban 3 años de novios cuando decidieron casarse. Después de jurarse amor eterno, duraron juntos 3 años más. Un amor de 6 años que para ellos, que tienen 30, es toda una vida junto a una persona. Laura está deprimida y piensa que no va a poder encontrar a otra persona como Felipe. Felipe, cree que Laura no era para él y asegura que no va a volver a casarse.

Elsa, se divorció luego de 28 años de casada, cuando descubrió que su marido tenía una familia paralela. Para quienes ven estos casos, es fácil decir que Laura y Felipe superarán mucho más fácilmente el divorcio, pues son jóvenes y tienen toda la vida por delante. Además, para las generaciones más jóvenes el divorcio se ha vuelto algo más común y la presión para casarse ya no es tan grande como antes. En cambio, Elsa, algunos pueden decir, “desperdició” su vida junto a un hombre que no valía la pena y ahora estará muy deprimida.

¿Qué pensarías si te digo que pasa exactamente lo contrario? Según una investigación reciente, las personas mayores que se divorcian, superan mucho más fácilmente el dolor de la separación que las personas jóvenes que terminan con su matrimonio.

La razón, dicen los autores de la investigación realizada en la Universidad Estatal de Michigan, en Estados Unidos, puede estar ligada a que la presión por casarse y permanecer casados era mucho más fuerte en generaciones anteriores, y es probable que las personas mayores que se divorcian hayan aguantado mucho tiempo en un matrimonio infeliz, por lo cual, ante la separación, sienten un alivio.

Así lo indicaron los resultados del estudio que analizó la salud de 1,282 personas que participaron en una encuesta a largo plazo en la cual se comparaba la salud de quienes estaban casados durante un período de 15 años y de quienes se divorciaron.

Entre los participantes se encontraban personas nacidas en los años 50 que se habían divorciado entre los 35 y los 41 años de edad, los cuales reportaron más problemas de salud que quienes se divorciaron entre los 44 y los 50 años de edad. Los divorciados en general, reportaron más problemas de salud que quienes siguieron casados.

El estudio también encontró que lo que afecta la salud no es estar casado o divorciado, sino el paso de un estado al otro, pues es estresante y deprimente.

Si estás pasando por un divorcio, no olvides estos consejos para ayudarte a superar esta etapa, que si bien es difícil, como todo, “también pasará”. Toma nota:

Deja que la tristeza, el enojo y la frustración fluyan. Es normal que tengas este tipo de sentimientos, debes aceptarlos y reconocerlos para superarlos.
Pide ayuda. Comparte tus sentimientos con amigos y familiares y considera buscar un grupo de apoyo. Aislarte puede aumentar tu tristeza y tus niveles de estrés, lo cual pasará una cuenta de cobro a tu salud.
Tómate el tiempo para hacer ejercicio, para comer bien y para relajarte.
Piensa positivamente e intenta encontrar nuevos intereses y amistades.
No discutas con tu ex pareja, busca la manera de lograr acuerdos sin caer en peleas. Es mejor esperar hasta calmarse.
No uses drogas ni alcohol, estos tienden a empeorar los problemas.

Piensa en tu salud. Un divorcio es algo doloroso, pero de seguro sucedió por tu bien. Estar con la persona equivocada puede traerte muchos más dolores de cabeza.

Busca ayuda si la necesitas. ¡Ánimo! Recuerda que la vida está llena de oportunidades.

Imágen © iStockphoto.com / Courtney Keating

30 de marzo de 2012

Las Cosas Grandes Crecen En Silencio


No pienses que no pasa nada, simplemente, porque no ves tu crecimiento, o no escuchas el zumbido de los motores. Las grandes cosas crecen en silencio.
Gálatas 6:9

No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
2 Corintios 9:6

Pero esto digo: El que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará.
Salmos 126:5

Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo.
Isaías 40:31

pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
1 Corintios 15:58

Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

Más importante que saber a dónde ir, es saber cuándo dejarse llevar

Así decía una antigua publicidad de un ya desaparecido banco en mi país. Y la imagen que acompañaba el slogan era un enorme transatlántico siendo tirado por un pequeño remolcador.

La publicidad apuntaba a que para llegar al éxito, era sumamente importante confiar en los productos de la entidad bancaria y dejarse llevar por los conocimientos, consejos y experiencia de sus profesionales y oficiales de negocios.

En nuestra relación con Dios ocurre exactamente lo mismo. Y es que tal vez podemos tener al menos una idea de lo que Dios quiere de nosotros o conocemos aunque sea en parte los talentos y dones que Él nos ha dado. En pocas palabras: podemos saber a dónde vamos. Lo realmente difícil es saber cuándo y cómo dejarse llevar.

En un mismo sentido, años atrás escuchaba la prédica de un pastor cuyo tema recurrente era con frecuencia “¡Debemos aprender a depender totalmente de Dios!”. Chino mandarín para quien esto escribe; aún joven –más inmaduro que joven, diría yo– para poder entender esta tremenda verdad bíblica.
A muchas personas –ni jóvenes, ni inmaduras; por cierto– también les cuesta, no tanto entender este concepto, sino mucho más ponerlo en la práctica.

“Voy a pescar”, dijo Pedro (Juan 21:3). “Vamos contigo” dijeron sus amigos. Y esa noche no pescaron nada. No estaban haciendo nada incorrecto. Al fin y al cabo, de eso vivían. Sin embargo, se habían largado a hacer las cosas por su cuenta y a costa de su propio esfuerzo.

Es la intervención providencial de Jesús, lo que hizo el cambio. “Echen la red a la derecha de la barca”, les dijo (Juan 21:6) y fue tal la cantidad de peces que capturaron que tuvieron que pedir ayuda para poder sacarla.

Esto hoy está más vigente que nunca. Es una cuestión no sólo de fe, sino también de práctica y entrenamiento. En la medida en que a través de nuestra lectura bíblica y devocional vamos adquiriendo el “alimento” adecuado para nuestra vida espiritual; y que con pruebas y necesidades, vamos “entrenando” nuestra capacidad de confiar más y mejor en Nuestro Amado Señor, vamos aprendiendo a depender totalmente de El. Vamos aprendiendo a saber cuándo y cómo dejarnos llevar.

Es,  pues,  la fe la certeza de lo que se espera,  la convicción de lo que no se ve.

(Hebreos 11:1 RV60)

Bendito el varón que se fía en el SEÑOR, y cuya confianza es el SEÑOR. Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, y su hoja será verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.

(Jeremías 17:7-8 RV2000)
Autor: Luis Caccia Guerra

24 de marzo de 2012

La santidad, propósito y desafío del cristiano



Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a (vivir en) santificación. 1 Tesalonicenses 4:7

Cuando los caminos del hombre son agradables al SEÑOR, Aun a sus enemigos hace que estén en paz con él. Proverbios 16:7
Faustino de Jesús Zamora Vargas
Faustino de Jesús
Zamora Vargas
Santidad es caminar de acuerdo a las normas de Dios en nuestro peregrinaje espiritual aquí en la tierra. Es el gran desafío del cristiano. Cuando hablamos de santidad, virtualmente quiere decir vivir separado de todo lo que es depravado e inmundo, es la ausencia de la corruptibilidad a la que estamos expuestos irremediablemente y que no podemos evitar. Es andar conforme a la voluntad de Dios y como consecuencia, reflejarla continuamente en nuestras relaciones con los demás, en nuestra familia, con nuestros cónyuges, los hijos, los compañeros de trabajo, los vecinos, nuestros hermanos en la fe. Si hemos sido redimidos por Cristo y regenerados por el Espíritu Santo, resulta incompatible y antibíblico, que no abramos nuestros corazones en un acto de voluntad consciente para abrazar una vida de santidad.

La santidad es el más grande atributo de Dios y es la norma de vida y conducta del cristiano y debe verse no sólo en lo que concierne a nuestra relación con Dios, sino también con nuestro prójimo. Nosotros, quienes hemos sido alcanzados por la gracia y la misericordia de Dios al reconocer a su hijo Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, tenemos en él la manera de vivir una vida de santidad. El propio Jesús dijo: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. Por lo tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad (1 Juan 1:5-6 NTV).

Cristo nos da en este versículo una perspectiva de la santidad de Dios que bien pudiera generar en el cristiano la conciencia del pecado que arrastramos como una asignatura pendiente que nunca vamos a aprobar con máximas calificaciones. La santidad nos abre el camino para experimentar a Dios a través de una relación renovada con él, pero también con el hombre y con todo lo que nos rodea. Debemos querer ser santos, separados para Dios. La santidad no se puede obtener automáticamente, ni de un día para otro.

Cuando nacemos de nuevo a una vida en Cristo dejamos atrás nuestro pasado de condenación adámica. Cristo limpió todos nuestros pecados, los echó en el lodazal de las angustias para siempre, y renacemos como niños en las cosas espirituales; por eso necesitamos instrucción para aprender a caminar el hermoso camino de la santidad. Necesitamos crecer espiritualmente cada día pues somos llamados a santificarnos para la gloria de Dios.

El profeta Isaías dice sobre nuestro futuro de redención: “Y habrá allí calzada y camino, y será llamado camino de santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo andará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará”. Estamos llamados a reproducir la santidad de Dios en nuestras vidas, a renovar nuestras mentes, a despojarnos del viejo hombre y vestirnos del hombre creado en la justicia y la santidad según Dios. De nada vale intentar crecer en una buena relación con Dios y por otra parte demostrar en nuestra práctica cristiana que caminamos conforme a la carne, los vicios, la hipocresía, la inmoralidad. El nuevo hombre, conforme a la imagen de Cristo, debe renovarse en todo; en el conocimiento, en la conducta, en el ejercicio de la moral, en la práctica de la piedad, la compasión y el amor de los unos a los otros. Eso es santidad.

La santidad es la voluntad de Dios para tu vida. No hay otra opción. Transitar el camino de la santidad, consciente y enfocado en Cristo, nos traerá seguridad y paz. Cuando decidimos andar en santidad y desechar toda la contaminación y abominación del mundo, no solamente glorificamos a Dios, sino también somos usados por Él para su gloria. La obra del Espíritu de Dios es justamente hacernos santos si voluntariamente nos sometemos a Dios y a sus designios. El fruto del Espíritu en la vida cristiana es tu meta y la mía. Este producirá la santidad completa en nuestro ser en toda dimensión que será bendecida por el Espíritu de verdad. En este hermoso proceso de santificación guiados por el Espíritu de Dios vamos a encontrar la fuerza necesaria para desechar de nuestras vidas todo lo que nos separa de Él y comenzar a vivir una vida gloriosa, generosa, victoriosa y útil a los demás.
¡Dios les bendiga!

Annette Moreno - Un angel llora

Las flores ya no llegan,el poema se acabó
lo que un dia fue amor
en amargura se perdio.
Ella quiere regresar el tiempo que pasó
para poder revivir los placeres del ayer.

Ya no puede ver las cosas igual
porque en el mar de olvido todo ya quedo.
Ya el oceano ha perdido, su color azul.

Las estrellas miran, la luna la abraza
y un angel llora.

Pasaron ya los años ya el se olvido,
de el amor que prometió
cuando la conoció

Entró a la habitaciony en la cama él la vió
toca su cuerpo frio
la tristeza la mato.

Las flores ya llegaron, el poema espezó.
Sobre una tumba fria el llora su dolo.
Él solo quiere regresar, el tiempo que pasó
para poder perderse asi, en la dulzura de su voz.

Ya no puede ver las cosas igual, porque en el mar de olvido,
todo ya quedo, ya el oceano ha perdido su color azul.

Las estrellas miran, la luna lo abraza y un angel llora.

Marco Barrientos y Danilo Montero - Abre mis Ojos


Abre mis ojos Te pido
Abre mis ojos oh Cristo
Yo quiero verte
Yo quiero verte

Coro:
Y contemplar Tu Majestad
Y el resplandor de Tu Gloria
Derrama Tu amor y poder
Cuando cantamos:
Santo, Santo

Santo, Santo, Santo
Santo, Santo, Santo
Santo, Santo, Santo
Yo quiero verte

19 de marzo de 2012

Persecucion de los Cristianos

Se encuentra relación entre el calcio y la vitamina D y una reducción en la grasa abdominal

Según un nuevo estudio, la suplementación con calcio y vitamina D podría reducir la grasa del estómago.
La vitamina D se encuentra en muchas fuentes alimenticias, como el pescado, los huevos, la leche fortificada y el aceite de hígado de bacalao. La vitamina D ayuda en la absorción de calcio, contribuyendo a la formación y conservación de huesos fuertes. El calcio es el mineral más abundante en el cuerpo humano y tiene varias funciones importantes. En varios estudios, las dietas con una densidad de calcio alta (o sea, con altos niveles de calcio en proporción a las calorías totales) se han asociado con una menor incidencia de sobrepeso u obesidad. Aunque se necesita más investigación para comprender la relación entre la ingesta de calcio y la grasa corporal, estos resultados enfatizan la importancia de mantener un consumo adecuado de calcio al intentar hacer dieta o bajar de peso.
En un nuevo estudio, los investigadores asignaron al azár a 171 pacientes obesos para recibir o jugo (zumo) de naranja regular o el mismo reducido en calorías. El zumo de naranja fue servido sin fortificar o fortificado con 350 miligramos de calcio y 100 unidades internacionales de vitamina D por porción. Cada grupo de tratamiento recibió tres porciones de 240 mililitros de su jugo de naranja asignado cada día durante 16 semanas. Se les midió el tejido graso del estómago antes y después del tratamiento.
Los investigadores encontraron que el promedio de pérdida de peso de 2,45 kilogramos fue similar entre los grupos. Sin embargo, observaron que, independientemente del contenido calórico, las personas que recibieron el jugo de naranja fortificado tuvieron una reducción significativamente mayor en el tejido graso del estómago que aquellos que recibieron el jugo sin fortificación.
Los investigadores concluyeron que la suplementación con calcio y vitamina D puede reducir la grasa del estómago. Se necesitan investigaciones adicionales para evaluar estos hallazgos.
Para obtener más información acerca del calcio o de la vitamina D, por favor visita nuestro Diccionario de Remedios y Tratamientos Naturales, elaborado en colaboración con Natural Standard, o utiliza la casilla de búsqueda arriba a la derecha.
Referencias
  1. Natural Standard: La Autoridad en Medicina Integral. www.naturalstandard.com
  2. Rosenblum JL, Castro VM, Moore CE, et al. Calcium and vitamin D supplementation is associated with decreased abdominal visceral adipose tissue in overweight and obese adults. Am J Clin Nutr. 2012 Jan;95(1):101-8.
La información en este breve informe es solo para propósitos informativos. Su propósito es ayudar a los usuarios a aclarar sus inquietudes sobre la salud. Esta información no debe interpretarse como un consejo médico específico. Antes de tomar decisiones terapéuticas, los usuarios deben consultar con un proveedor médico calificado para recibir contestaciones específicas a sus preguntas sobre terapias, diagnósticos y / o enfermedades.

16 de marzo de 2012

Pregunta: "¿Pude el hombre vivir sin Dios?"

 
Respuesta: Contrario a lo que han afirmado los ateos, estetas, y epicúreos a través de los siglos, el hombre no puede vivir sin Dios. El hombre puede tener una existencia mortal sin reconocer a Dios, pero no sin Dios.

Como el Creador, Dios originó la vida humana. Decir que el hombre existe independientemente de Dios, es como decir que un reloj puede existir sin un relojero que lo fabricara, o que un escrito pueda existir sin un escritor. Debemos nuestra existencia al Dios a cuya imagen fuimos hechos. (Génesis 1:27). Nuestra existencia depende de Dios, ya sea que reconozcamos Su existencia o no.

Como el Sustentador, Dios continuamente confiere vida (Salmo 104:10-32). Él es la Vida (Juan 14:6), y toda la creación subsiste por el poder de Cristo (Colosenses 1:17). Aún aquellos que rechazan a Dios, reciben su sustento de Él: “… que hace salir Su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.” (Mateo 5:45) Pensar que el hombre pueda vivir sin Dios es suponer que un girasol pueda vivir sin luz o una rosa sin agua.

Como el Salvador, Dios da vida eterna a aquellos que creen. En Cristo hay vida, quien es la luz de los hombres (Juan 1:4). Jesús vino para que pudiéramos tener vida “en abundancia” (Juan 10:10). A todos los que ponen su confianza en Él, se les ha prometido vivir una eternidad con Él (Juan 3:15-16). Para que el hombre viva – realmente viva – debe conocer a Cristo (Juan 17:3).

Sin Dios, el hombre sólo tiene una vida física. Dios les advirtió a Adán y Eva, que el día que ellos lo rechazaran, “ciertamente” morirían (Génesis 2:17). Como sabemos, ellos sí desobedecieron, pero no murieron físicamente ese día; sino que murieron espiritualmente. Algo dentro de ellos murió -la vida espiritual que habían conocido, la comunión con Dios, la libertad de gozar de Su presencia, la inocencia y pureza de sus almas—todo se acabó.

Adán, quien había sido creado para vivir en compañerismo con Dios, fue maldito con una existencia completamente carnal. Lo que Dios había planeado que fuera del polvo a la gloria, ahora debía ir del polvo al polvo. Al igual que Adán, en la actualidad, el hombre sin Dios, aún funciona en una existencia terrenal. Como tal, aún puede parecer feliz; después de todo, hay goce y placer en esta vida.

Hay algunos que rechazan a Dios cuyas vidas están llenas de alegría y diversión. Su búsqueda carnal parece haber producido una existencia gratificante. La Biblia dice que hay cierta medida de deleite que se obtiene del pecado (Hebreos 11:26). El problema es, que éste es temporal; la vida en este mundo es corta (Salmo 90:3-12). Tarde o temprano, el hedonista, como en la parábola del hijo pródigo, encuentra que el placer mundano es insostenible (Lucas 15:13-15).

Sin embargo, no todo el que rechaza a Dios es un libertino. Hay mucha gente no salva, que aún así viven vidas sobrias y disciplinadas—vidas plenas y felices. La Biblia presenta ciertos principios morales, que benefician a todos en este mundo –fidelidad, honestidad, autocontrol, etc. Proverbios 22:3 es un ejemplo de tal verdad general. Pero, de nuevo, el problema es que, sin Dios, el hombre sólo tiene este mundo. Pasar por esta vida tranquilamente no es garantía de que estemos listos para la vida después de ésta. Ver la parábola del agricultor rico en Lucas 12:16-21, y el encuentro de Jesús con el joven rico en Mateo 19:16-23.

Sin Dios, el hombre está incompleto, aún en su vida mortal. Thomas Merton remarcó que el hombre no está en paz con sus semejantes, porque no está en paz consigo mismo, y que él está inquieto consigo mismo, porque no tiene paz con Dios.

La búsqueda del placer por el placer mismo, es señal de confusión interior; sin embargo, ésta es la fachada epicúrea de felicidad. Los buscadores de placeres a través de la historia, han encontrado una y otra vez que las diversiones temporales de la vida dan paso a una desesperación más profunda. Es difícil sacudirse la fastidiosa sensación de que “algo está mal.” El rey Salomón se entregó a la búsqueda de todo lo que este mundo tiene que ofrecer, y escribió sus resultados en el libro de Eclesiastés.

Salomón descubrió que el conocimiento, por sí mismo, es vano (Eclesiastés 1:12-18). Encontró que el placer y la riqueza son vanas (2:1-11), el materialismo es vanidad (2:12-23), y las riquezas son efímeras (capítulo 6).

Salomón concluyó que la vida es regalo de Dios (3:12-13) y que la única manera sabia de vivir es temiendo a Dios: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda Sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.” (12:13-14)

En otras palabras, hay más por qué vivir que la dimensión física. Jesús enfatizó este punto cuando dijo: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4:4). No es el pan (material) sino la Palabra (el espiritual) lo que nos mantiene vivos. Blaise Pascal lo puso de esta manera: “Es en vano, oh hombres, que busquen dentro de ustedes mismos la cura para todas sus miserias.” El hombre sólo puede encontrar vida y plenitud cuando reconoce a Dios.

Sin Dios, el destino del hombre es la muerte. El hombre sin Dios está espiritualmente muerto; cuando su vida física se acabe, él enfrentará una muerte continua—la eterna separación de Dios. En la narración de Jesús sobre el hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31), el hombre rico vive una vida suntuosa de comodidades sin pensar en Dios, mientras que Lázaro sufre a través de toda su vida, pero conoce a Dios. Es después de la muerte, que ambos hombres comprenden la gravedad de las decisiones que tomaron en vida. El hombre rico “alzó sus ojos, estando en tormentos” (16:23) en el infierno. Él se dio cuenta, demasiado tarde, de que hay más en la vida que la satisfacción de los ojos. Mientras tanto, Lázaro era confortado en el paraíso. Para ambos hombres, la corta duración de su existencia terrenal palideció en comparación con el estado eterno de sus almas.

El hombre es una creación única. Dios ha puesto el sentido de la eternidad en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11), y ese sentido del destino eterno sólo puede encontrar su realización en Dios Mismo.

14 de marzo de 2012

LA MUERTE DE JESUS





Es necesario precisar desde un principio, que al Señor Jesús nadie le quitó la vida. Él puso su vida voluntariamente en propiciación por nuestro pecados.
Él mismo lo declaro:
“...Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar...” Juan 10:17-18
La vida de Jesús ha sido objeto de muchas especulaciones y comentarios o estudios desacertados y que no corresponden a la verdad revelada en las santas escrituras.
La venida del hijo de Dios en carne (Juan 1:14) estaba ya predestinada desde antes de la fundación del mundo, y su muerte no fue un hecho meramente circunstancial, sino que un designio eterno de Dios
Lo que Cristo logró en la cruz es verdaderamente extraordinario y no tiene parangón. El tratamiento de nuestros pecados en la cruz, es una obra cuyo diseño es divino y no humano. No fue un hombre simplemente el que murió en la cruz, sino que Dios – hombre, el eterno Emmanuel.

No fue un ser creado quien murió en la cruz, sino que uno eterno, destinado desde antes de todas las cosas, tal cual lo declara el apóstol Pedro:
“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” 1 Pedro 1:18-20
Si hubiese sido un hombre quien murió en la cruz, lo ocurrido allí, habría sido un crimen o un martirio, y no una ofrenda en sacrificio voluntario. Cristo quiso morir por nosotros, a él nadie le quitó la vida, él la puso voluntariamente por nosotros.

Por consiguiente, jamás debemos concluir que Jesús fue asesinado porque Poncio Pilato no lo indultó, o porque Judas lo traicionó; Cristo murió porque Él quiso morir y el plan eterno de Dios ya lo había establecido así:

“ Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera” Hechos 4:27-28

DESDE ANTES ANUNCIADO



Es realmente sorprendente observar las profecías mesiánicas y en lo particular, anunciando cientos de años antes que el Mesías vendría a morir.

El profeta Isaías escribe la más intensa y conmovedora de las narraciones que hablan de los padecimientos del Mesías. El capítulo 53 de Isaías es verdaderamente un relato de excelencia, cuya exactitud en cada detalle y descripción de los hechos que acontecieron siglos después, nos confirma indiscutiblemente su inspiración divina.

David inspirado por el Espíritu Santo, escribió el salmo 22, que al igual que la narración de Isaías, se muestra una detallada descripción de los padecimientos de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

GETSEMANÍ, EL COMIENZO DEL DOLOR


Getsemaní, es una palabra de origen arameo que significa “prensa de aceite” y el nombre hace referencia al aceite proporcionado por las olivas. El nombre de Getsemaní es tan apropiado, porque fue justamente allí donde nuestro Salvador fue exprimido cual oliva, para prepararse hacia el último de los montes que debía subir. Es en ese huerto de los olivos donde Jesús comienza su última caminata en este mundo rumbo al Gólgota.
Las palabras de Cristo en aquellos momentos son desgarradoras:
“Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte...” Marcos 14:32-34

El estado de Cristo es de una angustia intensa. No olvidemos que Él era Dios – hombre y padeció como tal. Sus temores y tristezas eran reales y no una ficción. Él necesitaba de sus amados discípulos pero todos le dejaron solo. Todos se durmieron mientras el Autor de la vida oraba.
El evangelio de Lucas presenta un antecedente exclusivo que nos permite entender aún más el grado de angustia que estaba padeciendo Jesús previo a su arresto:
“ Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” Lucas 22: 43-44
Es interesante notar que el único evangelista que relata este hecho fue un médico, Lucas.

Esta condición es conocida en la medicina como “hematohidrosis” (sudor de sangre). Este fenómeno es muy raro, pero perfectamente documentado y que ocurre en condiciones excepcionales. El Dr. LeBec escribe: “Es un agotamiento físico acompañado de un trastorno moral, consecuencia de una emoción profunda, de un miedo atroz” (Le supplice de la Croix, Paris, 1925)

Se describe como una dilatación y ruptura de los vasos capilares subcutáneos en su punto de contacto con la base de los millones de glándulas sudoríparas. La sangre se mezcla con el sudor y se coagula sobre la piel después de la exudación. Es esta mezcla de sudor y coágulos la que se va juntando hasta correr por encima de la piel de todo el cuerpo en cantidad suficiente como para caer al suelo.

Esta hemorragia microscópica tiene lugar en toda la piel, la cual queda, por esta causa lesionada, dolorida y muy sensible a los golpes.

Esta agonía de Jesús no se debía tanto a los padecimientos físicos que pasaría, sino a la realidad de que los pecados y enfermedades de la humanidad vendrían sobre él. En su oración del huerto le dijo al Padre: “si quieres, pasa de mi esta copa, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya…”

JESÚS ABOFETEADO, ESCUPIDO Y MALTRATADO

Aquí se encontraba Jesús frente al sumo sacerdote y al contestar a una pregunta fue abofeteado por un alguacil. (Juan 18:22). Algunos comentaristas dicen que aquí La palabra usada por Juan no significaba bofetada sino un bastonazo. El Dr. Judica Cordiglia dice: “ es una lesión del cartílago de la nariz y la posible desviación de la misma debido a un golpe con un palo corto, cilíndrico y de 4 a 5 cm de diámetro.” Un golpe a la nariz que fue capaz de desviarla de su plano normal y de lesionar el cartílago. Aquí debió haber salido abundante sangre. Isaías dice:
“Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres” Isaías 52:14
Recordemos que Jesús fue arrestado de noche y llevado a una corte ilegal a ser condenado. Las leyes judaicas no permitían que ningún reo fuese condenado antes de la pascua y que un juicio fuese llevado a cabo de noche. También fueron traídos testigos falsos que el final no se pudieron usar por que sus historias no coincidían. Jesús fue llevado ante al sumo sacerdote y después de horas de debates e interrogación, da la declaración que hace enfurecer al sumo sacerdote: “…y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote rasgo sus vestiduras, diciendo: ha blasfemado! Que mas necesidad tenemos de testigos? He aquí ahora mismo habéis oído su blasfemia. Que os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: es reo de muerte! (Mateo 26:64-66)

Sin dudas, que la piel de Jesús ya estaba sensible al sudar sangre y ahora aquí dice Mateo en el verso 67: “..entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban…” Aquí, aunque los evangelios no lo relatan, el profeta Isaías incluye que los pelos de su barba eras arrancados:
“di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.” Isaías 50:6
Es importante precisar que el rostro de Jesús, no solo recibió escupos de saliva, sino que “esputos” según lo declara Isaías, y aquello es una secreción que se produce en los pulmones y en los bronquios ¡Que infamia es la que soportó nuestro Señor y Salvador Jesucristo!, y todo, por ese amor insondable hacia nosotros viles pecadores.


JESÚS FLAGELADO


Modelo del flagellum taxillatum, látigo romano que desmenuzaba la espalda de los azotados.
Después de que Jesús se presento a Pilato, el cual dijo que no encontraba nada mal en el, Jesús fue azotado. La intención de Pilato era azotar a Jesús y luego soltarlo, pero la insistencia del pueblo con sus gritos “crucifícale! crucifícale! pudo mas. Dice Mateo 27:26: “entonces les soltó a Barrabas; y habiendo azotado a Jesús le entrego para ser crucificado.”

Mas de 120 golpes con el flagelo dados por dos fuertes verdugos, uno mas alto que el otro, diestros en su oficio, los cuales, puesto uno a cada lado del reo le cubrieron metódicamente con sus golpes toda la superficie del cuerpo (tórax, abdomen, brazos y piernas, a excepción de la parte del pecho correspondiente al corazón), sin dejar espacios.

El azote con el que le flagelaron fue el horrible flagellum taxillatum, compuesto básicamente de un bastón con tiras de cuero. Cada punta de cada tira se encontraba llena de pedazos de hueso y de plomo. Al flagelar a Jesús en su ya sensible piel, cada latigazo arrancaba literalmente los pedazos de su piel exponiendo la carne viva y brotando abundante sangre. Así aparece Jesús: herido y sangrante conforme a lo que había predicho el profeta Isaías: “Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer…” (Isaías 52:14) También Isaías 53: 3 dice: “despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto…”

Después del azotamiento, Jesús se desplomaría y quedaría sentado sobre el charco de su propia sangre. Estaba casi completamente desnudo, y parece que en ese momento le alcanzaron sus vestidos para que se cubriera:
“Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de el a toda la compañía; y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata…” Mateo 27:27-28


JESÚS ES CORONADO CON ESPINAS


Jesucristo, el Redentor de nuestras almas y de toda la creación sujeta al pecado, también llevó a la cruz la maldición de la tierra. Génesis nos dice que Dios maldijo la tierra por causa del pecado:
“...maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo” Génesis 3:17-18
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Forma de la corona de espinas que los soldados le entretejieron en la cabeza del Señor Jesús
En medio de burlas e ignominia, nuestro Señor Jesucristo fue coronado por una infame diadema de espinas.
Pasado un cierto tiempo, y algo repuesto de los azotes, Jesús fue llevado por los soldados al atrio, en el interior del pretorio e hicieron con el lo que se llamaba en aquel tiempo como “el juego del rey”, que era un juego de azar practicado por niños y adultos. Este juego cruel practicado a Jesús coronándolo de espinas era un desahogo brutal de los soldados romanos.

Para ello, congregan a toda la cohorte (de 400 a 600 hombres), le desnudan de nuevo, le hacen sentar sobre cualquier banco de piedra, le echan a las espaldas una capa corta color grana y le encasquetan la corona de espinas con fuerza sobre la cabeza, le ponen una caña por cetro en la mano derecha y empieza la farsa…”salve, Rey de los judíos! Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias. Después de haberle escarnecido, le desnudaron…(Mr.15:15; Mt.27:26-30; Jn 19:1-3).

La palabra “corona” nos ha inducido a pensar en un cerco de espinas en torno a la cabeza, tal como lo presentan los crucifijos, pero la frase empleada aquí por Marcos al igual que Juan es: Plexantes stephanon ex acanthon…epethekan epi tes kefales autou: “Entretejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza.” Estas espinas de una planta local se entretejía alrededor de la cabeza horizontalmente de la frente a la nuca pasando por encima de las orejas.

JESÚS CAMINO AL GOLGOTA




Después de que Pilato no detuvo la condena, se manda a que Jesús fuese atado y enviado a morir: “Inmediatamente…le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle (Mt. 27:31). Es significativo que no diga que le quitaron también la corona de espinas.

Era la costumbre que el reo cargara con su madero hasta el lugar de la crucifixión. Aquí a Jesús le mandan a cargar el palo transversal de la cruz que se cree que pesaba unas 110 libras. Fue forzado a cargar el madero sobre su ya desgarrada y sangrienta espalda por un tramo de distancia de unos 600 metros…hacia el monte de La Calavera…por un terreno pedregoso, con subidas y bajadas. Aquí es donde aparece Simón de Cirene, quién solo cargó el madero de la Cruz y no los pecados que solo Cristo llevó hasta la cumbre del monte del Gólgota.

Es importante indicar que la Biblia jamás habla de “ calvario “ . El monte donde Cristo fue crucificado se llamaba “ monte de la calavera o Gólgota”. La palabra calvario se introdujo siglos después y se enquistó en nuestro lenguaje evangélico, “gracias” al dogma romanista del “vía crucis”

JESÚS CRUCIFICADO


Lo primero que hicieron los soldados fue despojarle violentamente de sus vestidos. La túnica interior estaba pegada a las llagas, debido a la sangre coagulada. Por lo tanto, el dolor tuvo que ser atroz. Cada hilo pegado a la superficie desnuda, al ser arrancado, arrastra consigo una de las innumerables terminaciones nerviosas puestas al descubierto con la llaga. Estos millares de choques dolorosos se suman y multiplican, aumentando cada uno en consecuencia la sensibilidad del sistema nervioso.

Aquí no se trata de una lesión local, sino de casi la totalidad de la superficie del cuerpo, especialmente del tan maltratado dorso. La sangre corre de nuevo y derribado al suelo las llagas de su dorso, muslos y pantorrillas se llenan de polvo y arena.

Los soldados atraviesan los clavos por las manos y los pies y es clavado a la cruz. Para los romanos la muñeca es considerada parte de la mano y se sabe que Jesús fue clavado por la muñeca para evitar que los clavos se salieran de sus manos con el peso de su cuerpo en la cruz.

Jesús no ha emitido ningún grito, pero su rostro se ha contraído horriblemente. Su pulgar, con un movimiento violento se ha doblado sobre la palma colocándose en oposición a los otros dedos, debido a que su nervio mediano ha sido herido. Un dolor fulgurante e indecible se ha apoderado de sus dedos, saltando como un dardo de fuego hasta su espalda y estallando en su cerebro. Es el dolor mas insoportable que un ser humano puede experimentar al producirse la lesión en un tronco nervioso.

Después de ser clavado Jesús fue levantado cumpliendo su propia profecía: “ y si yo fuese levantado de la tierra, a todos atraeré a mi mismo. Y decía esto dando a entender de que muerte iba a morir.” (Juan 12:32)

Junto a dos malhechores fue crucificado para cumplir la escritura: …”y fue contado con los pecadores, habiendo el llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores”
"Horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos..." Salmos 22:16-17

Las fotos muestran la el punto donde debió ser puesto el clavo en la cruz. Según los entendidos, el dolor que resistió nuestro Señor Jesucristo fue atroz.
Muy pronto Jesús comenzó a tener dificultad al respirar. Esto era propio de los crucificados. El diafragma muscular que se mueve para que pueda respirar al contraer y relajar los pulmones, se queda en posición de inhalación y es casi imposible exhalar el aire tomado. La única manera es apoyándose en los clavos de los pies y en la muñecas para poder exhalar el aire y luego comenzar de nuevo.

Poco a poco le fueron faltando las fuerzas, al tiempo que los calambres aumentaban y las alternativas de elevación y descensos sucesivos hubieron de abreviarse y repetirse mas a menudo, por lo cual los dolores se acrecentaban hasta lo indecible.

Así pasaron 3 interminables horas y a la hora novena ( como las 3 de la tarde ), Jesus clamo a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, lama sabactani? Que traducido es: Dios mío, Dios mío, porque me has desamparado?

Desde la hora sexta a la hora novena, hubo tinieblas. Es en ese preciso instante cuando Jesús exclama a gran el salmo:

“ Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Salmos : 22:1
¿Cómo poder entender que el Hijo de Dios soportara el abandono de su Padre para ampararnos a nosotros? Es ahí donde nos decimos cual apóstol Pablo
“¡OH profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” Romanos 11:33-36

El creador de todas las cosas, estaba padeciendo por amor a su creación. Los cielos le negaban la luz y la tierra, lo mas preciado y vital para todo ser humano: el agua.
“Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese:) Tengo sed. Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es” Juan 19:28-30
Este episodio, ya estaba profetizado en las escrituras cientos de años antes
“...en mi sed me dieron a beber vinagre” Salmos 69:21
El dolor que Jesús debe haber sentido en su garganta al beber el vinagre, debe haber sido atroz. La descripción relatada en el salmo 22 es desgarradora:
“He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas. Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar” Salmos 22:14-15

JESÚS ENTREGA SU ESPIRITU

Lo extraordinario de toda esta agonía atroz , es que Jesús murió cuando Él quiso hacerlo. En medio del estertor de la muerte, de los intensos dolores, de la asfixia y de una evidente anemia, El Señor Jesucristo clama a gran voz entregando su espíritu en el momento que Él, soberanamente, decidió hacerlo
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Lo extraordinario de toda esta agonía atroz , es que Jesús murió cuando Él quiso hacerlo. En medio del estertor de la muerte, de los intensos dolores, de la asfixia y de una evidente anemia, El Señor Jesucristo clama a gran voz entregando su espíritu en el momento que Él, soberanamente, decidió hacerlo.
“Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” Marcos 15:39
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Después de muchas horas de agonía, el cuerpo de nuestro Señor había perdido mucha sangre y la poca que le quedaba en su cuerpo se había espesado de manera que el corazón ya casi no la podía bombear. El suero se separa de los glóbulos rojos y una membrana alrededor del corazón llamada el pericardio estaba llena de liquido. En los momentos finales, algunos médicos creen que Jesús muere de una pericarditis, que es la ruptura del pericardio por inflamación. Es como si su corazón haya explotado.

Esta condición es confirmada cuando el soldado traspasa una lanza por su costado: “pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua…” (Juan 19:34) Aquí se cumple lo dicho por el profeta: “…y miraran a mi, a quien traspasaron...” (Zacarías 3:10)

Era la costumbre de los romanos el quebrarle las piernas a los reos crucificados si estaban vivos al final de su tortura en la cruz. Debido a que tenían que apoyarse en las piernas para respirar, al quebrarles los huesos ya no podían respirar y morían asfixiados. En el caso de Jesús, vieron que ya estaba muerto y no tuvieron que quebrarles los huesos. Esto fue un cumplimiento de la profecía que dice: “el guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.” (salmo 34:20).

Como hemos visto, todo lo que vivió y padeció Jesús, estaba escrito y anunciado cientos de años antes. El Salvador vino a morir en lugar del pecador, y no con una muerte simple, sino que con un padecimiento terrible.

Si esto no constriñe nuestro corazón, no hay nada más que agregar.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:16

12 de marzo de 2012

EN LA PERSEVERANCIA.... FE EN TI Y EN DIOS....PACIENCIA Y SABIDURÍA ESTÁ EL CAMINO AL ÉXITO.



Hace muchos años cuando me encontraba sin empleo escuchaba decir a algunos amigos y familiares , no lleves tu hoja de vida(curriculum) a tal empresa porque esa oferta de trabajo es para que vendas productos puerta a puerta , imagínate tu al medio día con una maletica , recibiendo ese solazo… y lo que te pagan es conforme a lo que vendas !!, noooo !! , ese trabajo no es seguro , no pierdas tu tiempo con el.
Nunca me llamaron de ningún empleo de aquellos , aunque si me hubieran llamado , hubiera trabajado sin problemas , gracias a Dios entre a estudiar y luego comencé a trabajar de forma inmediata.
Años después tome la decisión de trabajar de forma independiente y aunque medio mundo se me vino encima , mis oídos se hicieron sordos a toda crítica negativa y en mi mente solo se grabo una frase , frase que dijo Jesús hace siglos : “lo que es imposible para el hombre , es posible para Dios”.



Para el día de hoy puedo dar fe que sigo trabajando de forma independiente y gracias a Dios nunca me ha faltado nada.
Lo que trato de decirte el día de hoy es que cuando se va a navegar en aguas desconocidas , el miedo al fracaso es algo normal , el ser humano teme a lo que no conoce , y lo que marca la diferencia entre unos y otros es la capacidad para controlar ese miedo y la persistencia que se debe tener cuando las cosas no salen bien.
Es tu responsabilidad tomar decisiones , lo mas sabio es que las consultes con Dios en oración primero para que no te equivoques , pero ten presente que eres tu el que decide que camino toma.


Así que examina muy bien si la decisión que vas a tomar es emocional o racional , porque cuando haces algo guiado por la emoción del momento , tu éxito solo durara un momento.
Sin embargo cuando tomas una decisión basada en un estudio , con calma , mirando los pro y los contra , sabrás como actuar en caso de que se presente alguna situación inesperada.
Como dijo Alver Einstein “Dios no juega a los dados” , y como dice un conocido adagio “la victoria es de los que se preparan “. A veces debemos comenzar vendiendo de puerta en puerta en un barrio , mientras aprendemos a como vender de país a país.


Todo lo que te pasa en la vida tiene una enseñanza , no maldigas cuando te vaya mal , medita tu situación en silencio y aprende lo que Dios te esta enseñando , te aseguro que mas adelante vas a usar eso que te causo lagrimas en el pasado y que

10 de marzo de 2012

BETHEL TV,LA MUSICA CRISTIANA MAS HERMOSA DEL MUNDO, LORENA - MI POBRE ...

Salmos 63 - Dios, satisfacción del alma Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá



1 Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas,


2 Para ver tu poder y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.


3 Porque mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán.


4 Así te bendeciré en mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.


5 Como de meollo y de grosura será saciada mi alma,
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,


6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho,
Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.


7 Porque has sido mi socorro,
Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.


8 Está mi alma apegada a ti;
Tu diestra me ha sostenido.


9 Pero los que para destrucción buscaron mi alma
Caerán en los sitios bajos de la tierra.


10 Los destruirán a filo de espada;
Serán porción de los chacales.


11 Pero el rey se alegrará en Dios;
Será alabado cualquiera que jura por él;
Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.
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Este salmo, en su brevedad, tiene tanto fervor y tan viva devoción como cualquier otro de los salmos de David. Así como las cartas más dulces de Pablo fueron las redactadas en prisión, así también los salmos más dulces de David fueron lo que, como éste, se redactaron en el desierto.
I. Su deseo hacia Dios (vv. 1, 2).
II. Su estima de Dios (vv. 3, 4).
III. Su satisfacción en Dios (v. 5).
IV. Su secreta comunión con Dios (v. 6).
V. Su gozosa dependencia de Dios (vv. 7, 8).
VI. Sus victorias obtenidas, por medio de Dios, contra sus enemigos; y su seguridad de quedar a salvo a pesar de la malignidad de sus adversarios (vv. 9-11).
Versículos 1-2
El título nos dice cuándo fue redactado el salmo: cuando David estaba en el desierto de Judá; esto es, probablemente, en los vados de que se nos habla en 2 S. 15:28. Incluso en Canaán, a pesar de ser una tierra fértil y bien poblada, había desiertos, lugares menos fértiles y menos poblados que otros. Así pasa en el mundo, y aún en la Iglesia, pero no en el Cielo; allí el desierto florecerá como la rosa. Los mejores y más amados hijos de Dios pueden, a veces, estar confinados en un desierto. Hay salmos apropiados para un desierto y hemos de dar gracias a Dios de que el desierto en que nos hallamos es el desierto de Judá, no el desierto del Pecado. En estos versículos, David se anima a asirse de Dios:
1. Mediante una fe viva y activa (v. 1): «Oh Dios, mi Dios eres tú.» Hemos de reconocer que hay un Dios y que hablamos a Alguien que existe realmente y está presente con nosotros cuando decimos: ¡oh Dios!, que es una palabra muy seria ¡lástima que muchas veces se use como una exclamación banal, innecesaria!
2. Mediante afectos piadosos y devotos: (A) Resuelve buscar a Dios, su favor y su gracia: «Tú eres mi Dios y, por tanto, de madrugada te buscaré, porque ¿no consultará el pueblo a su Dios? (Is. 8:19). Mi alma tiene sed de ti¡ mi carne te anhela (esto es, todo mi ser ansía tener comunión contigo) aquí, en tierra (mejor que, cual tierra) seca y árida donde no hay agua.» (B) Anhela gozar de Dios ¿qué es lo que tan apasionadamente desea? ¿Cuál es su petición? (v. 2): «Verte como te contemplaba en el santuario, para ver tu poder y tu gloria. » Anhela salir del desierto, no para volver a los placeres y las comodidades de la corte, sino para tener acceso al santuario; y no para ver allí a los sacerdotes ni las ceremonias del culto, sino para ver el poder y la gloria de Yahweh. No podemos ver la esencia de Dios, pero, por fe, podemos contemplar su gloria y experimentar su actuación, que es efecto de sus infinitas perfecciones. Eran preciosos aquellos momentos que David pasaba en comunión con Dios en el santuario; era para él una delicia pensar una y otra vez en ellos.
Versículos 3-6
¡Cuán pronto se convierten en alabanzas y acciones de gracias las quejas y oraciones de David! Aunque estaba en un desierto, su corazón se ensanchaba bendiciendo a Dios.
1. Por qué bendecía David a Dios (v. 3): «Porque mejor es tu amor misericordioso que la vida», tanto como la vida eterna supera a la temporal. Tenemos mejores provisiones y posesiones que las que la riqueza de este mundo nos puede proporcionar; y en el servicio de Dios y en comunión con Él, tenemos mejores ocupaciones y goces que los que podemos tener en los negocios y conversaciones de este mundo.
2. Cómo, y por cuánto tiempo, quiere bendecir a Dios (v. 4): «Así, como he comenzado a hacerlo, te bendeciré durante toda mi vida; los actuales afectos devotos no son cosa de un momento, no pasarán como nube mañanera, sino que irán de más en más como el sol mañanero. » Alabar a Dios debe ser la primordial ocupación de nuestra vida entera. «En tu nombre alzaré mis manos» (v. 4b). Hacia el santuario alzaba David sus manos (v. 28:2). En todas nuestras oraciones hemos de comenzar, como nos enseñó el propio Señor, diciendo: «Santificado sea tu nombre»; y terminar diciendo: «tuya es la gloria».
3. Con qué placer y deleite desea bendecir a Dios (v. 5): «Como de meollo y de enjundia será saciada mi alma; no sólo como de pan, que nutre suficientemente, sino de lo más escogido y delicioso de la carne», (v. Is. 25:6). La comunión con Dios sacia al alma devota (36:8; 65:4), pues dentro del alma devota hay algo que sólo se sacia en la comunión con Dios. «Y con labios de júbilo te alabará mi boca», añade David. Cuando se cree con corazón agradecido, se hace también con la boca confesión agradecida; en ambos casos, para gloria de Dios. No es que la confesión de la boca sea aceptable sin la entrega del corazón (Mt. 15:8), sino que de la abundancia del corazón ha de hablar la boca (45:1). Los labios de alabanza han de ser labios de júbilo.
4. Cómo se ocupa en pensar en Dios cuando más retirado está del santuario (v. 6): «Te bendeciré ... cuando me acuerdo de ti en mi lecho. » Dios estaba en todos sus pensamientos, lo cual es lo contrario de lo que ocurre en el caso de los malvados (10:4). Pensar en Dios era algo que siempre tenía a la mano; es decir, cuando se ponía a pensar, hallaba ya su mente ocupada en Dios. Y estos pensamientos permanecían fijos en él; no sólo se acordaba de Dios, sino que meditaba en Él (v. 6b). Los pensamientos acerca de Dios no han de ser pensamientos pasajeros, que pasan a través de la mente, sino permanentes, que habitan en la mente. David iba ahora de una parte a otra, sin rumbo fijo, pero, adondequiera iba, llevaba consigo su devoción a Dios.

 Cuando huye el sueño de nuestros ojos (ya sea por dolor del cuerpo o por preocupación del alma), nuestro espíritu puede descansar pensando en Dios. Una hora de piadosa meditación puede, a veces, hacernos más bien que una hora de sueño (v. 4:4; 16:7; 173; 119:62).
Versículos 7-11
David expresa aquí su confianza en Dios y su gozosa expectación de Él (v. 7): «En la sombra de tus alas me regocijaré» Es una expresión frecuentemente usada en los salmos (17:8; 36:7; 57:1; 61:4; 91:4), y en ningún otro lugar de la Escritura, excepto Rut. 2:12; su sentido, ya explicado, es el de los polluelos que se refugian y resguardan bajo las alas de la gallina. Es deber nuestro el regocijarnos en la sombra de las alas de Dios, es decir, en recurrir a Él por medio de la fe y de la oración, de la misma manera que los polluelos recurren, por instinto, a la madre en momentos de peligro.
1. Cuál era el fundamento de la confianza que tenía David en Dios: (A) Sus anteriores experiencias del poder de Dios a favor de él (v. 7): «Porque has sido mi socorro cuando otras ayudas y otros ayudadores me han faltado, por eso me regocijaré en la salvación que tú me otorgas y continuaré confiando en ti con santo gozo. » (B) La presente y firme sensación interior que experimentaba de que la gracia de Dios le llevaba y sostenía en todos sus pasos (v. 8): «Está mi alma apegada a ti (expresión fuerte; el mismo verbo hebreo de Gn. 2:24), como en un arrobamiento espiritual o mística unión contigo, mientras tu diestra me sostiene, en respuesta al fervor con que me uno a ti. »
2. Las victorias que David entreveía en esta esperanza: (A) Que sus enemigos habían de perecer (vv. 9, 10). Había quienes le buscaban para destruirle (v. 9); no se contentaban con arrebatarle la corona, sino que intentaban por todos los medios quitarle la vida. Pero David veía, por fe en Dios, que los que así le perseguían habían de caer en las honduras de la tierra, es decir, en el Seol.

Su enemistad hacia David había de acarrearles la muerte. El arma que querían usar contra él (la espada) sería el instrumento de la destrucción de ellos, y sus cuerpos habían de ser pasto de los chacales, los cuales se cebarían en los cadáveres insepultos de los enemigos de David. (B) Que él saldría, al fin, victorioso (v. 11) y volvería a ocupar el trono para el que tres veces había sido ungido: «El rey se alegrará en Dios. »

 La vuelta de David había de ser el consuelo de sus amigos: «Será alabado cualquiera que jura por él» (por David), esto es, que le presta juramento de pleitesía y vasallaje; o, más probable, que jura por Él (Dios), con lo que se compromete solemnemente en algo que es digno de tal juramento y se hace con la más pura intención; ese tal será alabado, al ser premiado con una manifestación de la salvación que Dios otorga.

 Los que de todo corazón abrazan la causa de Cristo, se gloriarán también en su victoria. Si sufrimos con Él, también reinaremos con Él (v. Ro. 8:17). Con esta victoria, quedarían refutados totalmente los enemigos de David (v. 11 b): «Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada», especialmente la boca de los que juran en falso, por el nombre de Dios, para engañar y defraudar. Estos quedarán reducidos en el Seol al más completo silencio.

9 de marzo de 2012

Doctrina Sugerencias para la dirección de cultos en el servicio de adoración.

1. Observaciones generales:
  • El culto debe empezar a la hora señalada. Los creyentes deben aprender a ser puntuales en los cultos para Dios. Dios es muy puntual como lo vemos en los días, años, estaciones, etc.
  • Hacer todo lo posible por tener buena luz.
  • Demostrar cortesía con todos, especialmente con las personas nuevas o los visitantes.
  • Enseñar a los creyentes a dar la bienvenida a todos, ayudándoles a conseguir un asiento, o a encontrar la lectura bíblica.
  • Todos debemos aprender a decir mucho en pocas palabras.
2. El que dirige:
  • Debe estar limpio, bien arreglado, peinado, afeitado y con las uñas limpias.
  • Su manera debe ser humilde, confiado sin temor, sonriente, o según el caso. Su manera animada atraerá la atención de los oyentes.
  • Al despedir la gente, se debe salir para saludar a todos. No hace ninguna excepción de personas.
3. La expresión y la acción:
  • La acción debe ser natural, con vida, libertad y poder.
  • Hable con los ojos, la cara, las manos, y el cuerpo.
  • La expresión del rostro es casi involuntaria, y poco puede hacerse para mejorarla si no es en la corrección de defectos. Con ella suplicamos, amenazamos, conciliamos, manifestamos tristeza o gozo, entusiasmo o desaliento.
  • Cuando uno está posesionado de su asunto, y se olvida de sí mismo, su rostro tomará la expresión de acuerdo a sus sentimientos.
  • Mire a los oyentes. Evite el mirar a través de las ventanas y las puertas, al cielo raso o al suelo.
4. La postura:
  • No se recline sobre el púlpito, o sobre cualquier otro mueble.
  • Guarde el cuerpo derecho y firme sobre sus dos pies.
  • Tenga la cabeza derecha, no inclinada al frente, ni a un lado ni al otro, ni alzada.
  • Los pies deben estar firmes en el suelo, no muy apartados, ni en inmediato contacto.
5. El Ademán:
  • La acción no es para hacer al dirigente parecer ridículo o gracioso.
  • La acción debe expresar verdades
  • El cuerpo puede moverse fácilmente de un lado a otro, quedando siempre firme en ambos pies. Evite demasiado movimiento.
  • La cabeza debe seguir el movimiento del cuerpo, de los brazos, y de los dichos tales como, “ en el cielo” “lejos de nosotros” “a la izquierda”
6. Los brazos y las manos:
  • Evite el mismo movimiento para cualquier acción.
  • Hay acción para lugares, cerca, lejos, arriba, abajo, la derecha, etc.
  • Hay acción para cosas, grandes y pequeñas.
  • La acción no deber ser excesiva.
7. Corrección de Maneras en el púlpito:
  • No se arregle el pelo o la corbata, etc.
  • No juegue con sus botones, anillos, libros, papeles o el bosquejo.
  • No mastique chicle u otra cosa.
  • No busque himnos mientras oran.
  • No mire alrededor.
LA VOZ
1. Observaciones generales de la dicción en cuanto a la voz.
  • Se puede conservar su propia personalidad.
  • Debe adquirir la costumbre de corregir sus mismas faltas.
  • La voz es un gran instrumento.
  • Se mejora la voz repasando la lectura en voz alta.
  • Debe tener un habitual cuidado de la pronunciación.
2. El uso de la voz al hablar en público.
  • No principie demasiado alto, ni tampoco demasiado bajo.
  • No permita que la voz decaiga en las últimas palabras.
  • Fija la vista con frecuencia en los oyentes más lejanos para saber si todos pueden oír.
  • Que Haya variedad, la monotonía destruye la elocuencia, como también el mucho gritar.
LA PALABRA DE DIOS EN EL CULTO
1. Reglas generales:
  • La porción bíblica debe ser elegida antes del culto.
  • Anuncie el pasaje claramente dos o tres veces. Antes de empezar la lectura esté seguro que todos hayan encontrado el lugar.
  • El pasaje escogido debe tener íntima relación con el mensaje o la lección. Tenga cuidado de escoger algo tan interesante, que no sea demasiado largo o corto.
  • Puede ser introducido con un himno, coro o alguna palabra.
  • Unas cortas palabras explicativas sobre algún versículo de la porción leída muchas veces hace grabar la verdad en los corazones. Debe cuidar de no prolongar mucho la lectura, y así cansar a la gente antes de llegar al sermón.
2. Maneras de usar la Palabra de Dios:
  • Puede ser leída por el que dirige u otra persona designada.
  • Cuando el culto está compuesto de incrédulos, o la mayoría no tienen Biblia, el dirigente debe leerlo solo.
  • El que lee debe haber repasado la lectura en privado para poder leerla con claridad y poder.
  • Debe leer bien, con claridad, despacio dando énfasis a las palabras y frases importantes, poniendo atención a la puntuación. Una porción mal leída pierde su significado.
  • La congregación puede leer unánimemente. El predicador debe ayudar a los creyentes leer unísono, despacio y con claridad.
  • La lectura puede ser antifonal. De esta manera despierta interés en los congregados y los hace traer su propia Biblia.
  • La congregación puede repetir porciones bíblicas de memoria.
  • Se puede usar porciones bíblicas para:
  • Principiar el culto.
  • Introducir algún himno
  • Introducir la oración
  • Tomar la ofrenda
En estos casos es mejor no leer el pasaje, sino tenerlo aprendido de memoria.
LOS HIMNOS EN EL CULTO
1. Reglas generales:
  • Anuncie el número del himno dos o tres veces.
  • No cante todas las estrofas de cada himno en cada culto.
  • No ocupe malicia o venganza por medio de los cultos.
  • La congregación debe cantar de tal manera que se entienda las palabras.
2. Escogiendo los himnos:
  • Escoja los himnos antes del culto.
  • Cada himno o coro usado debe tener un mensaje que trae bendición:
  • A la persona que lo canta
  • A otras personas que lo escuchan después.
  • El tema del himno debe concordar con el tema del mensaje que sigue.
  • A los niños pequeños les gustan los coros con ademanes o frases que se repiten.
3. Enseñando los himnos:
  • Siempre explique el mensaje del himno o coro que va a enseñar.
  • Repítalo varias veces o de varias maneras, para que los alumnos vayan acostumbrándose a la melodía.
  • Enseñe bien las palabras.
  • Explique las palabras difíciles.
4. Dirigiendo los himnos:
  • Si al que le toca dirigir, no puede llevar la melodía, debe buscar un ayudante.
  • Cuando sea posible, es bueno usar un instrumento como piano, guitarra, etc.
  • El que dirige los himnos debe poner todo su corazón en la dirección.
5. Variaciones:
  • Ocupe, solos dúos, cuartetos, etc.
  • Puede contar cómo fue escrito el himno, o tal vez como el Señor le usó en alguna vida.
  • La congregación puede buscar citas en la Biblia para ver qué diferencia habrá en las palabras de algún himno y en la Escritura.
  • Hay himnos y coros que son oraciones.
6. Otras observaciones:
  • Se puede preparar los corazones para la lectura bíblica, o para la oración por medio de un himno.
  • Esté cierto que la congregación está preparada de tal modo que cuando canten, las palabras salen de sus corazones.
  • Ocupe himnos conocidos, y no procure enseñar más de uno nuevo en el mismo culto.
LA ORACIÓN
La oración es hablar con Dios y tener comunión con Él. Enseñe a la congregación a mostrar reverencia en la oración.
1. Elementos de la oración:
  • Adoración
  • Acción de Gracias
  • Comunión con Dios
  • Confesión de pecado
  • Petición
2. Recuerde de usar oraciones de la Biblia.
3. Se puede usar himnos o coros que son oraciones.
4. La oración en Público:
  • Un propósito de la oración en público es para la edificación de los demás. Por eso:
  • Debe orar con voz fuerte
  • Si pone a otro a orar, esté seguro que tenga voz fuerte.
  • Hay que orar cuando la congregación siente el deseo. Por ejemplo:
  • Después de algún himno.
  • Después de haber recibido una noticia que ha conmovido los corazones.
  • La congregación puede orar en silencio de vez en cuando. En tal caso, el que dirige el culto, puede dirigir las peticiones.
LA ORACIÓN
Se puede adorar a Dios con nuestras ofrendas. Es espíritu del creyente debe ser de rendimiento a Dios mientras que él pone en la ofrenda lo que pueda. La ofrenda no es una colecta. Es dar al Señor lo mejor posible.
  • El que dirige el culto debe dirigir los pensamientos de los creyentes para que den alegremente.
  • La dedicación de las ofrenda se puede hacer antes o después de recibirla.
  • El que recibe la ofrenda debe ser de buen testimonio.
  • Además de recibir ofrendas para el sostén del pastor y los gastos de la obra, hay que cultivar un interés en el bien de otros, por ejemplo:
  • Ofrenda pro-evangelismo
  • Ofrenda para la sociedad bíblica
  • Ofrenda para programas por la radio.
ANUNCIOS
  1. Ocupe voz fuerte.
  2. Ocupe poco tiempo.
  3. No ocupe la plataforma para hacer excusas.
  4. No ocupe la plataforma como tribuno de regaño.

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¿Por qué se me olvidan las cosas?


 

¿Te ha pasado alguna vez que no encuentras la llave de la casa o no sabes dónde dejaste los lentes? Es un problema muy común, ya que la mayoría de las personas experimentan momentos ocasionales de pérdida de la memoria, y no siempre puede achacarse a la edad. En realidad las causas son muchas, y aunque pocas veces indican problemas serios, sí pueden interferir con las actividades normales de la vida diaria.
“¿Para qué vine a esta habitación?”, o “Iba a decirte algo pero… ¡se me olvidó!” A todos nos ha pasado algo similar.  Los olvidos temporales son más comunes en las personas que son naturalmente distraídas. Si eres una de ellas, el remedio es simplemente tratar de poner más atención en lo que haces. Pero la distracción o la falta de atención son una cosa, y la pérdida de la habilidad cognitiva, entre ellas la memoria, es otra.
Cuando se empiezan a tener estos episodios de olvidos breves, hay que buscar la causa. Hay muchas  razones que pueden hacer que se te vayan olvidando las cosas, aunque sea de manera leve, o lo que se conoce como pérdida de la memoria transitoria. Entre las más comunes están:
  • Medicamentos. Entre ellos si tomas antidepresivos, antihistamínicos, relajantes musculares, tranquilizantes, píldoras para dormir, medicinas para combatir la ansiedad y los analgésicos (medicinas para el dolor) que se recetan después de una cirugía.
  • Alcohol. El exceso del alcohol es una causa conocida de pérdida de la memoria.
  • Tabaco. Fumar reduce la cantidad de oxígeno que llega al cerebro y, como consecuencia, perjudica el funcionamiento de la memoria.
  • Drogas. Su uso continuo provoca cambios en las sustancias químicas del cerebro, lo que dificulta recordar las cosas.
  • Falta de sueño. Tanto la cantidad del sueño como su calidad afectan la memoria. Si duermes muy poco o te despiertas con frecuencia durante la noche, puedes sentirte fatigado(a). Y el cansancio interfiere con la capacidad de captar la información y de recordarla después.
  • Depresión y ansiedad. Si estás deprimido(a), te es difícil prestar atención y concentrarte, lo que afecta la memoria. Lo mismo ocurre con la ansiedad. Cuando te sientes tenso(a), no puedes concentrarte y tu capacidad de recordar disminuye.
  • Estrés. Si la causa del estrés es un trauma emocional, puede dar lugar a la pérdida de la memoria.
  • Nutrición deficiente. Una buena nutrición es importante para el funcionamiento correcto del cerebro. Debes incluir en tu dieta proteínas y grasas de alta calidad. No te olvides, además, que la deficiencia de las vitaminas B1 y B12 puede afectar la memoria.
  • Envejecimiento. Normalmente provoca dificultad para aprender cosas nuevas, o puede que necesites más tiempo para aprenderlas. Pero no suele producir una pérdida de la memoria significativa, a no ser que vaya acompañado de alguna enfermedad.
A veces la pérdida de la memoria se produce como consecuencia de problemas más serios, y puede ser o no transitoria. Todos estos problemas requieren tratamiento médico inmediato. No te descuides y busca ayuda en cualquiera de estos casos:
  • Lesiones en la cabeza. Un golpe fuerte en la cabeza puede causar pérdida de memoria de corto o de largo plazo. Por lo regular, la memoria va regresando poco a poco.
  • Apoplejía (o accidente cerebrovascular). Ocurre cuando el suministro de sangre al cerebro se detiene debido al bloqueo de un vaso sanguíneo, o por el derrame de un vaso sanguíneo en el cerebro. La apoplejía causa a veces una pérdida temporal de la memoria. En algunos casos, el paciente recuerda con exactitud lo que ocurrió hace años, pero no lo que ocurrió el día anterior.
  • Demencia. Es la pérdida progresiva de la memoria y de otros aspectos del pensamiento, lo bastante seria como para dificultar el funcionamiento en las actividades de la vida diaria. Aunque hay varias causas (como el abuso del alcohol y las drogas), la más común es la enfermedad de Alzheimer.
Como ves, los olvidos ocasionales no tienen que ser motivo de preocupación. Pero si notas que se repiten más de la cuenta o que interfieren con tus actividades diarias, es conveniente que vayas al médico para una evaluación. Tal vez todo se resuelva fácilmente con la sustitución de un medicamento o un cambio en tus hábitos o tu estilo de vida. Y si la causa es un problema más serio, recuerda que mientras antes se detecte y se trate, más posibilidades hay de encontrar una solución.
Imágen © iStockphoto.com / kaan tanman

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